¿En qué medida afecta la cantidad de sueño a la energía general y al estado de ánimo? La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que dormir lo suficiente de forma regular es muy importante para el bienestar de una persona y su rendimiento en las tareas de la vida. No sólo es importante la cantidad de sueño, sino que también nuestros ciclos de sueño son críticos, como cuando trabajamos en el turno de noche o experimentamos jet lag, nuestros cuerpos pagan el precio de no estar en un ciclo natural. El tipo de ciencia que estudia nuestros ritmos biológicos se conoce como cronobiología. Nuevas investigaciones demuestran que los cambios en nuestro ritmo circadiano, o ritmos que siguen un ciclo de 24 horas, y los patrones alimentarios pueden conducir a la obesidad.
Microbios intestinales y obesidad
Quizá piense que cuando uno está cansado no sólo tiende a comer más comida rápida y alimentos ricos en grasas, sino que también hace menos ejercicio. Aunque esto es cierto, las investigaciones han demostrado que la obesidad está relacionada con el ritmo circadiano de nuestros microbios intestinales. Los ritmos circadianos afectan directamente a tus funciones físicas, mentales y emocionales. Los microbios de nuestro intestino siguen el ritmo circadiano de sus huéspedes y, cuando se alteran, no funcionan como deberían. Esto puede provocar obesidad y problemas metabólicos.
Investigación sobre los microbios intestinales
El científico Eran Elinav, del Instituto Weizmann de Ciencias, presentó un nuevo estudio en el que él y su equipo analizaron los microbios presentes en la materia fecal a distintas horas del día. Encontraron incoherencias en la cantidad de microbios y sus actividades biológicas. Cuando el huésped no tenía sus hábitos alimentarios normales, los microbios perdían sus fluctuaciones rítmicas. Esta pérdida hace que los microbios cambien de composición, lo que favorece el crecimiento de bacterias que se asocian con la obesidad y las enfermedades metabólicas. Este estudio se basó principalmente en el estudio de humanos y ratones que sufrían jet lag.
Nuestro microbioma
Los seres humanos se basan en el horario diurno para saber cuándo deben dormir. Los humanos también están acostumbrados a comer durante las horas de luz, mientras que no comen durante la noche. El microbioma del cuerpo humano no tiene acceso a la luz para establecer su ritmo circadiano. En su lugar, depende únicamente del patrón de alimentación del huésped durante el día para controlar sus ciclos. Mientras que los huéspedes humanos pueden reajustar sus ritmos despertándose y comiendo a horas diferentes o exponiéndose a la luz artificial durante la noche, los organismos de los microbiomas no pueden reajustar sus ciclos. Por lo tanto, las fluctuaciones en los microbios que se producen por el flujo de nutrientes al intestino no estarán presentes cuando un huésped cambie bruscamente el ciclo de alimentación, como cuando viaja a una zona horaria muy diferente o cuando trabaja en turnos nocturnos.
Bacterias intestinales y aumento de peso
Curiosamente, la investigación apunta al hecho de que una persona que haya alterado los ritmos de su microbiota intestinal sufrirá más problemas de salud por comer alimentos ricos en grasas que una persona que haya mantenido un ritmo circadiano natural. El estudio que se realizó con ratones demostró que, aunque los ratones comían el mismo tipo y cantidad de alimentos ricos en grasas, eran aquellos cuyos ritmos habían sido alterados los que ganaban más peso y desarrollaban problemas para controlar el azúcar en sangre. Cuando se realizó el mismo estudio en humanos, los científicos analizaron los microbios intestinales de dos humanos que habían viajado a Israel. Efectivamente, encontraron altos niveles de una bacteria llamada Firmicutes que se había multiplicado debido a los cambios en los patrones de alimentación que se produjeron, y esta bacteria está relacionada con la obesidad. Unas semanas más tarde, los humanos fueron analizados de nuevo y sus microbios intestinales habían vuelto a la normalidad.
En resumen, estos nuevos hallazgos de la investigación en cronobiología y obesidad pueden servir para ayudar a las personas que han alterado sus ritmos circadianos debido al trabajo en turnos nocturnos, el desfase horario u otras causas. Necesitamos que nuestros microbios intestinales funcionen correctamente para metabolizar los alimentos de la forma más eficiente. Al igual que sus huéspedes humanos, prosperan cuando los ciclos alimentarios son predecibles y cuando se desfasan metabolizan los alimentos de forma diferente, lo que a su vez puede conducir a la obesidad. Elinav afirma que las implicaciones del estudio para la salud aún no están claras y deben investigarse más a fondo. Sin embargo, puedes llevarte este consejo para cuando tengas jet-lag o te falte el sueño: Sé consciente de lo que comes y cuándo lo comes, porque se metaboliza de forma diferente.