El autismo es uno de los trastornos del neurodesarrollo de más rápido crecimiento en el mundo occidental. A pesar de las intensas investigaciones, los científicos y los médicos no saben cuáles son las causas de este trastorno. Según una nueva y sorprendente investigación sobre la melatonina y el autismo, los padres que tienen niveles bajos de melatonina pueden tener un mayor riesgo de tener un hijo que desarrolle autismo. Sin embargo, éste no es el primer estudio que encuentra una relación entre el autismo y la melatonina. El sueño y los trastornos del sueño parecen estar relacionados con el trastorno del espectro autista de diversas maneras.
Autismo y sueño
El trastorno del espectro autista es un problema común del desarrollo. Los síntomas asociados incluyen dificultades en el habla y la comunicación, alteraciones de la conciencia social y dificultades con los conceptos abstractos. Los médicos calculan que aproximadamente uno de cada 45 niños estadounidenses padece este trastorno, lo que supone un fuerte aumento con respecto a hace tan sólo unas décadas. Aunque muchas personas «del espectro» llevan una vida feliz y sana, los pacientes y sus seres queridos se enfrentan a varios retos. Uno de los retos más comunes y sorprendentes en el autismo es lidiar con el sueño.
Los trastornos del sueño son increíblemente frecuentes en el autismo, ya que se calcula que afectan al 80% de los niños con este trastorno. Muchos niños con este trastorno tienen dificultades tanto para conciliar el sueño como para mantenerlo. A su vez, se ha descubierto que la falta de sueño aumenta los comportamientos negativos, como las rabietas y la agresividad. Existen varias hipótesis sobre por qué los niños autistas suelen dormir mal, entre ellas las diferencias estructurales del cerebro y los cambios en los niveles hormonales. Muchos estudios recientes apuntan a niveles bajos o desregulados de melatonina como factor contribuyente. Por muy importantes que puedan ser los niveles de melatonina del niño, los niveles de melatonina de los padres también parecen desempeñar un papel en esta enfermedad.
Un nuevo estudio relaciona los niveles de melatonina de los padres y el riesgo de autismo
Aunque asociamos los niveles de melatonina con el sueño y el ritmo circadiano, esta hormona también tiene otras muchas funciones en el cuerpo humano. Es fundamental para el desarrollo embrionario y el desarrollo sano del cerebro. Investigadores de los Países Bajos analizaron los niveles de melatonina de padres que tenían un hijo autista y descubrieron que las madres tenían niveles de melatonina significativamente más bajos de lo normal. Las madres que tenían más de un hijo autista presentaban niveles aún más bajos que las madres con un solo hijo con autismo.
Un nivel crónicamente bajo de melatonina puede deberse a un ritmo circadiano desregulado. Sin embargo, como señalan los autores de la nueva investigación, también puede estar causada por una escasez hereditaria de las enzimas que crean melatonina a partir de moléculas precursoras. Este vínculo podría explicar por qué el autismo parece ser hereditario y parcialmente causado por factores prenatales. Los bajos niveles maternos de melatonina que contribuyen al autismo en un feto podrían ser heredados por el niño autista, lo que explicaría por qué tantos niños autistas tienen dificultades para dormir lo que necesitan.
Vínculos anteriores entre la melatonina y el autismo
Dado que el autismo puede afectar a casi todos los ámbitos de la vida de una persona, es lógico que haya muchos factores implicados a la hora de prevenirlo y tratarlo eficazmente. Es probable que haya muchos factores prenatales y genéticos diferentes que contribuyan a que un niño desarrolle este síndrome. Sin embargo, muchos estudios han descubierto que los niveles bajos de melatonina son comunes en los niños autistas.
Investigaciones anteriores han descubierto que algunas personas con autismo padecen trastornos genéticos poco frecuentes que dificultan la producción y regulación de la melatonina. Estos trastornos son demasiado infrecuentes para causar la mayoría de los casos de autismo, pero se suman al conjunto de pruebas que relacionan esta hormona con el autismo.
Nuevos tratamientos, nuevas esperanzas
Gracias al conocimiento de la relación entre los niveles bajos de melatonina y el autismo, los médicos están empezando a tratar con éxito el insomnio y otros trastornos del sueño en personas con autismo utilizando suplementos de melatonina sencillos y baratos. Estos suplementos son especialmente eficaces cuando se utilizan en combinación con terapias conductuales. Dado que la falta de sueño se ha relacionado con un aumento de los comportamientos negativos en los niños autistas, el simple hecho de descansar un poco puede mejorar la calidad de vida tanto del niño como de toda su familia.
Además, los investigadores están estudiando si la administración de suplementos de melatonina puede ayudar a corregir otros comportamientos asociados al autismo, como los trastornos de la comunicación y el interés obsesivo por los objetos. Tomar suplementos de melatonina durante el embarazo también puede ayudar a reducir las tasas de autismo, cada vez más elevadas, aunque esto necesitará muchos más estudios antes de que pueda recomendarse con seguridad.
En las últimas décadas hemos aprendido que el sueño y el ritmo circadiano son más importantes de lo que podíamos imaginar. Las hormonas que intervienen en estos procesos no sólo nos ayudan a dormir y a despertarnos siguiendo un ritmo predecible, sino que también contribuyen a la salud de todo el organismo de diversas maneras. Aunque esta investigación es muy preliminar, ofrece más información sobre las causas profundas del autismo, así como nuevas formas de prevenirlo o tratarlo.