Aproximadamente siete de cada diez millennials van camino de tener sobrepeso u obesidad cuando lleguen a la mediana edad. De hecho, pesan más de media que cualquier otra generación anterior. Aunque hay varias razones para este fenómeno, la investigación sugiere que la alteración del ritmo circadiano puede ser un factor importante en la pérdida de peso para los millennials que justifica una mayor investigación.
Pérdida de peso en la generación del milenio: ¿Pueden la dieta y el ejercicio curarlo todo?
Como sociedad, tenemos más sobrepeso que nunca, pero la última generación de adultos lucha con su peso incluso más que sus padres y abuelos. Dado que el sobrepeso puede aumentar el riesgo de padecer diversas enfermedades, como la diabetes de tipo 2 y el cáncer, médicos e investigadores de diversas disciplinas han trabajado incansablemente para identificar las causas principales de este problema, así como las posibles soluciones.
Muchos de los que se esfuerzan por mantener un peso saludable recurren a la mentalidad de «calorías adentro, calorías afuera», que sostiene que reducir la ingesta de calorías mientras se queman más calorías mediante el ejercicio es la respuesta a la pérdida de peso. Aunque esto puede ser cierto en un sentido general, la ingesta y el gasto calóricos no son los únicos factores implicados en la epidemia de obesidad actual: Se sabe que los factores genéticos, ambientales, socioeconómicos y de estilo de vida influyen en el peso de una persona. A pesar de estos factores universales, los estudios sugieren que los mileniales que comen la misma cantidad que sus antepasados seguirán pesando más.
¿Qué significa esto para los jóvenes adultos modernos? Perder peso y mantenerlo es una propuesta mucho más complicada para ellos. Mientras se da a la nueva generación el consejo dietético de «las calorías son lo único que importa», los científicos se burlan. Jennifer Kuk, de la Universidad de York, señala:
«Eso es similar a decir que el saldo de tu cuenta de inversión es simplemente tus depósitos restando tus retiradas y sin tener en cuenta todas las demás cosas que afectan a tu saldo, como las fluctuaciones del mercado de valores, las comisiones bancarias o los tipos de cambio».
De hecho, los millennials son mucho más activos que nunca y comen un poco más que las generaciones anteriores. Sin embargo, los mayores niveles de estrés y los patrones de sueño poco saludables, que contribuyen al aumento de peso no deseado, tienden a ser particularmente comunes entre esta generación.
Los fenómenos modernos cambian la forma en que los millennials mantienen su peso
Hoy en día, circunstancias antes inexistentes están cambiando la forma en que los adultos jóvenes ganan peso y el ritmo al que lo hacen. Cada vez más adultos jóvenes toman antidepresivos, esteroides y otros medicamentos que pueden provocar un aumento de peso. Hoy en día, incluso cuando se ingieren las mismas cantidades de macronutrientes, más de estas calorías proceden de la carne y el azúcar, que pueden alterar las bacterias intestinales que ayudan a regular el metabolismo.
Un estilo de vida acelerado, que hace que la prevalencia de alimentos procesados sea conveniente para los millennials, también favorece la obesidad, ya que los niveles típicamente altos de carbohidratos y azúcares añadidos que se encuentran en este tipo de alimentos provocan un pico en los niveles de azúcar e insulina en sangre, factores ambos que pueden inclinar la balanza hacia la obesidad.
La tecnología y las pantallas siempre presentes han creado una generación de teleadictos. Al mismo tiempo, las redes sociales, casi imposibles de evitar, añaden una nueva dimensión, cultivando la ansiedad, la depresión, una imagen corporal negativa y una relación poco saludable con la comida.
Posiblemente el factor más importante en la pérdida de peso de los millennials es que los modernos viven en una epidemia de alteración del ritmo circadiano. Los investigadores en cronobiología han descubierto que la falta de sueño altera el ritmo circ adiano y provoca alteraciones hormonales que pueden aumentar los kilos de más. La leptina es una hormona que hace que la gente se sienta saciada y también ayuda a estimular el metabolismo, mientras que la hormona grelina tiene justo el efecto contrario. Cuando no se duerme lo suficiente, la leptina cae en picado y la grelina aumenta, lo que reduce el metabolismo. Estas hormonas no sólo se ven afectadas por la cantidad de sueño, sino también por su calidad y regularidad.
Además, las personas que no mantienen un ritmo circadiano saludable son más propensas a tomar tentempiés poco saludables en lugar de comidas sanas. Esto a menudo significa elegir alimentos menos nutritivos que no aumentan el metabolismo, lo que contribuye a dificultar la pérdida de peso de los millennials.
Cómo perder peso en los tiempos modernos
Perder peso puede ser especialmente difícil para las personas de hoy en día, pero eso no significa que no se pueda hacer. Además de vigilar la ingesta calórica y hacer mucho ejercicio, hay algunos cambios en el estilo de vida que deben tenerse en cuenta.
Es fundamental comprender el valor de los alimentos reales, no procesados y con abundantes ingredientes de alta calidad. Comer menos carne y azúcar y más frutas de colores nutritivos y verduras de hoja verde permite tener un metabolismo y un tracto gastrointestinal sanos.
Aprovechar el poder de la cronobiología y comprender que mantener un ritmo circadiano saludable afecta al metabolismo y a la salud en general puede ser la clave para mantener un peso saludable. Encuentre el ritmo diario que mejor se adapte a usted y a su metabolismo. Acuéstese a la misma hora todas las noches, evite la luz brillante por la noche y evite el alcohol, la cafeína y otras drogas que interfieren en la producción de melatonina. Haga ejercicio a la hora adecuada del día para quemar calorías y metabolizar las grasas de forma óptima.
Perder peso para los millennials es ahora más difícil que nunca debido a los retos de la vida moderna. Realizar cambios saludables en el estilo de vida y cuidar la salud del ritmo circadiano son las claves para conseguir y mantener no sólo una figura esbelta, sino una verdadera salud integral.