Las mujeres son más propensas a tener problemas de sueño que los hombres. Una nueva investigación sugiere que los factores hormonales pueden ser los culpables de esta disparidad de género.
Dormir es un comportamiento humano universal, compartido por todas las personas del mundo. Sin embargo, muchas personas, tanto en Estados Unidos como en otros países, tienen dificultades para descansar lo necesario para gozar de buena salud física y mental. Las mujeres son especialmente propensas a padecer insomnio y diversos trastornos del sueño. Los científicos no han explorado completamente la razón de esta diferencia de género, pero parece haber varios factores diferentes en juego.
¿El huso horario femenino?
Un famoso libro afirmaba que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Aunque está claro que todos somos del mismo planeta, las mujeres parecen funcionar al menos en una zona horaria diferente. Las mujeres tienden a dormirse más tarde o a tener problemas para conciliar el sueño, en parte porque su ritmo circadiano está ligeramente más retrasado que el de los hombres. Los relojes circadianos femeninos funcionan a un ritmo ligeramente más rápido, lo que hace que las mujeres no estén sincronizadas con el mundo de los hombres.
Además, el ritmo circadiano de las mujeres parece estar más influenciado por el estrés y los factores externos. También son más propensas a experimentar fatiga y bajos niveles de alerta a altas horas de la noche, posiblemente debido a la mayor tasa de trastornos del sueño.
Hormonas femeninas y sueño
Los científicos creen que hormonas femeninas como el estrógeno y la progesterona pueden ser parte de la razón por la que tantas mujeres sufren problemas de sueño. Al parecer, la progesterona hace que las mujeres tengan más sueño, mientras que el estrógeno tiene el efecto contrario. Estas hormonas son esenciales para la salud femenina y fluctúan continuamente a lo largo del mes para crear ciclos reproductivos. El resultado puede ser un ritmo circadiano en constante cambio que nunca acaba de asentarse en una rutina firme. Además, la mayoría de las mujeres tienen que hacer frente a los efectos del embarazo, la lactancia y el cuidado de los niños pequeños.
Aunque las mujeres son más propensas a sufrir trastornos del sueño, por término medio necesitan dormir más. Este desajuste entre las necesidades de sueño y el tiempo de sueño real puede ser la razón principal de que los ritmos circadianos de las mujeres se vean más afectados por el estrés, el trabajo por turnos y otros factores perturbadores.
¿Significa el cambio de vida un cambio en el sueño?
Las mujeres no ven el fin de su dispar cantidad de problemas de sueño una vez que llegan a la menopausia. De hecho, muchas tienen incluso más problemas para dormir a medida que disminuyen sus años fértiles. Tanto el estrógeno como la progesterona descienden bruscamente en la menopausia, lo que puede provocar diversos síntomas. Las mujeres pierden los efectos favorecedores del sueño de la progesterona, lo que supone una adaptación para muchas. Además, el papel del estrógeno en la detección y regulación de la temperatura se hace evidente en este momento, ya que muchas mujeres sufren sofocos. Los sofocos tienden a producirse desproporcionadamente por la noche, despertando a muchas mujeres del sueño y manteniéndolas despiertas gran parte de la noche.
Hay muchas diferencias de género que pueden estar contribuyendo a la mayor tasa de trastornos del sueño en las mujeres. Sin embargo, los trastornos del sueño no son en absoluto un problema femenino. Con tantas personas de ambos sexos que padecen una falta de sueño de alta calidad, los nuevos conocimientos sobre cómo podemos obtener el descanso que necesitamos nos beneficiarán a todos.