Cada mañana, cientos de millones de alarmas suenan en todo el mundo para avisarnos de que es hora de empezar el día. Si usted es como muchos, responde a este canto de sirena matutino pulsando el botón de repetición para disfrutar de unos minutos más de sueño reparador. Sin embargo, este simple hábito matutino puede estar afectándole de varias formas no tan relajantes. Si estás enganchado a darle al botón de repetición, sigue leyendo para saber cómo está afectando a tu día y cómo puedes acabar con este hábito de una vez por todas.
Etapas del despertar
Hubo un tiempo en que la gente se levantaba de forma natural, sin necesidad de despertadores. El cuerpo humano está diseñado para iniciar el proceso de despertar mucho antes de que salga el sol y despertarnos gradualmente lo suficiente como para salir de la cama con las primeras luces de la mañana.
Nuestro cuerpo alterna entre el sueño ligero y el sueño profundo a lo largo de la noche. En las primeras horas de la mañana, antes del amanecer, empezamos a liberar más cortisol (una hormona que contribuye al estado de alerta) y menos melatonina (la hormona que nos ayuda a dormir). Empezamos a pasar más tiempo en sueño ligero y menos en sueño profundo. Nuestra temperatura corporal central, que desciende cuando estamos en sueño profundo, aumenta para permitirnos abandonar el calor de la cama.
Cuando pulsamos el botón de repetición y nos volvemos a dormir, nuestro cuerpo lo interpreta como una señal de que no necesitamos despertarnos pronto. Como resultado, a menudo volvemos a entrar rápidamente en el sueño profundo. Sin embargo, no permanecemos en este sueño profundo el tiempo suficiente para descansar bien antes de que vuelva a sonar la alarma. Algunas personas pulsan la alarma snooze varias veces por la mañana, lo que significa que pasan por esta transición del sueño profundo demasiado rápido despertándose varias veces antes de salir finalmente de la cama.
Los efectos ocultos de pulsar el botón Snooze
Cuando nos despertamos de forma natural, pasamos de un sueño ligero a una vigilia ligera. Cuando suena la alarma durante el sueño profundo, nos despertamos de golpe antes de que pueda completarse el ciclo de sueño en el que nos encontramos. Esto provoca una condición conocida como inercia del sueño, en la que estamos atontados y fríos cuando intentamos despertarnos. Como entramos en sueño profundo rápidamente tras ignorar la primera alarma, es más probable que nos cueste despertarnos cuando esperamos a un segundo o tercer intento. Esto significa que los usuarios habituales del botón snooze suelen sentirse aturdidos al empezar el día (y hasta bien entrada la mañana).
Además, darle al botón de repetición puede afectar a los niveles hormonales. El cortisol, aunque es importante para despertarse, puede disparar la tensión arterial y tener otros efectos negativos en mayores cantidades. Cada vez que nos despierta una alarma, nuestro cuerpo reacciona liberando cortisol y epinefrina, hormonas de lucha o huida. Esto conduce a niveles lo suficientemente altos como para causar malestar fisiológico. Los niveles elevados de estas hormonas pueden dejarnos temblorosos y en estado de pánico, lo que no es la forma ideal de empezar el día.
Si necesitas una buena razón para dejar de darle al botón de repetición, el hecho de que pueda estar arruinando tus mañanas puede ser una motivación. Sin embargo, romper este hábito tan común suele ser más fácil decirlo que hacerlo.
¿Duerme lo suficiente?
Si pulsa repetidamente el botón de repetición, puede haber una razón. Muchas personas del mundo desarrollado no duermen lo suficiente. Además, es posible que su sueño sea de mala calidad debido a los niveles de luz ambiental, los ruidos o incluso las enfermedades.
Si por las mañanas estás agotado de forma persistente, puede que sea hora de ir al médico. Podría tener depresión, un trastorno tiroideo o incluso una enfermedad grave como la apnea del sueño. Si tratas la causa de tu hábito de dormitar, te resultará más fácil levantarte la primera vez que suene la alarma.
Para otras personas, sin embargo, pulsar el botón de repetición es simplemente un mal hábito. Si éste es tu caso, hay varias formas de acabar con el hábito de una vez por todas.
Romper el hábito de la repetición
Si eres de los que pulsan el botón de repetición una o varias veces cada mañana, hay esperanza. Prueba una o todas las estrategias siguientes.
- Coloque el despertador al otro lado de la habitación. El esfuerzo de levantarse de la cama puede ser suficiente para recordarle que no debe acostarse.
- Compre un despertador diferente. Algunos relojes utilizan una luz que aumenta gradualmente o un ligero zumbido para ayudarle a despertarse de forma más natural antes de que suene la alarma.
- Evite el alcohol antes de acostarse. Te roba la fase REM del sueño, lo que puede provocar una noche menos descansada y una mañana más aturdida.
- Mantenga las fuentes de luz fuera de su dormitorio antes de acostarse y durante toda la noche. Esto puede impedir que tengas el sueño reparador que necesitas para levantarte y brillar.
- Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Así entrenará a su cuerpo para despertarse más fácilmente cuando llegue el momento.
- Asegúrate de que duermes lo suficiente. A una persona privada de sueño siempre le costará despertarse porque su cuerpo seguirá intentando conseguir el descanso que necesita.
Despertarse en cuanto suene el despertador es una forma sencilla de empezar mejor la mañana. Con un poco de motivación y las herramientas adecuadas, pronto estarás saltando de la cama con una sonrisa y lleno de energía cada día.