Cuando el sueño se interrumpe o se fragmenta de forma rutinaria, el ciclo del sueño y el ritmo circadiano pueden verse alterados. Esta alteración es peligrosa para la salud y el bienestar general, tanto a largo como a corto plazo. La mala calidad del sueño y la alteración del ritmo circadiano están relacionadas con un mayor riesgo de padecer una amplia variedad de enfermedades y trastornos crónicos de salud, así como con trastornos del estado de ánimo y problemas de rendimiento cognitivo. En un estudio reciente de la Universidad McGill, los investigadores descubrieron que las madres -pero no los padres- de más de un hijo corren un riesgo especial de sufrir sueño fragmentado.
Resultados del estudio sobre la fragmentación del sueño
El estudio, realizado por Samantha Kenny, estudiante de doctorado de la Universidad McGill, bajo la supervisión de Marie-Hélène Pennestri, profesora adjunta del Departamento de Psicología Educativa y del Asesoramiento, se basó en un grupo de 111 padres. En ese grupo había tres madres solteras y 54 parejas de padres. Los investigadores realizaron un seguimiento de los patrones de sueño de cada miembro del grupo durante dos semanas.
Los investigadores descubrieron que la cantidad general de sueño de las madres no variaba según el número de hijos que tuvieran. Sin embargo, las que tenían un solo bebé tendían a tener una mejor calidad de sueño, con menos interrupciones. Las madres con más de un hijo tendían a tener un sueño de peor calidad y más fragmentado por las interrupciones. Curiosamente, los padres del estudio no experimentaron ningún cambio en la calidad del sueño tanto si tenían un hijo como si tenían varios.
Los investigadores cuestionan el impacto desigual
Al observar la diferencia en el grado de fragmentación del sueño entre madres y padres, los investigadores planean profundizar en este tema en futuras investigaciones. Sin embargo, los investigadores sí apuntan a que las parejas deben esforzarse por lograr un reparto más equitativo de las tareas de crianza, tanto durante el día como durante la noche, como medio de reducir el mayor índice de interrupción del sueño de la madre. Incluso hoy en día, las mujeres -incluso las que trabajan fuera de casa- suelen realizar más tareas relacionadas con la crianza de los hijos que su pareja masculina.
Este patrón de reparto desigual de las tareas de cuidado de los hijos puede darse incluso en hogares en los que se hace un esfuerzo consciente por dividir equitativamente las tareas domésticas. A menudo puede convertirse en un hábito involuntario, como cuando la madre amamanta. Evidentemente, el padre no puede amamantar y, cuando uno o ambos progenitores tienen que levantarse para ir a trabajar, no tiene sentido que los dos se levanten con el bebé por la noche cuando la madre va a ser la que le dé el pecho. El problema viene cuando esto se convierte en un hábito arraigado, en el que la madre pasa a ser la responsable habitual de los problemas de crianza nocturna.
Causas comunes del sueño fragmentado o interrumpido
Aunque las madres de varios hijos son más propensas a experimentar sueño interrumpido, el sueño fragmentado es un problema del sueño que puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, incluidos niños y adolescentes. Algunas causas comunes de la fragmentación del sueño son el estrés, la ansiedad, el consumo de alcohol o drogas, algunos medicamentos inductores del sueño, las siestas diurnas y la falta de coherencia en las horas de vigilia y sueño. La apnea del sueño, los ronquidos fuertes, la sensación de picor o rascarse mucho durante el sueño, los movimientos fuertes y periódicos de las piernas y el tiempo excesivo frente a la pantalla, especialmente justo antes de acostarse, también pueden contribuir a la interrupción del sueño.
Implicaciones para la salud del sueño fragmentado
Este tipo de sueño interrumpido puede ser muy perjudicial para la salud y el bienestar general. Esto se debe a que interrumpe múltiples ciclos esenciales para una salud óptima, el mantenimiento del estado de ánimo y el funcionamiento cognitivo. Un sueño de mala calidad altera el ritmo circadiano, interfiere con el sueño profundo reparador y tiene un impacto negativo en el sueño REM. Los estudios han relacionado la fragmentación del sueño con el endurecimiento de las arterias, la inflamación crónica y puede ser un desencadenante de migrañas.
La alteración habitual del ritmo circadiano puede interferir en la sincronización de varios sistemas corporales, como la producción y liberación de hormonas, el sistema metabólico y el sistema cardiovascular. Esto puede aumentar el riesgo de padecer una amplia gama de enfermedades comunes y trastornos crónicos de la salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares. Se ha asociado a la alteración del ritmo circadiano un mayor riesgo de desarrollar cánceres relacionados con las hormonas, como el de mama, y enfermedades del sistema metabólico, como la diabetes. También se han observado trastornos del estado de ánimo, como ansiedad y depresión, y alteraciones de la función cognitiva, como disminución de la memoria y del rendimiento en tareas complejas.
El sueño REM también es importante para la función cognitiva y la consolidación de la memoria. El sueño profundo es esencial para la función del sistema inmunitario, la reparación y el crecimiento de tejidos y huesos y la salud celular. El sueño de calidad, es decir, completar los ciclos de sueño de una buena noche de sueño, es esencial para mejorar la salud mental y la función cognitiva, incluida la memoria y la capacidad de aprender y retener información. Los trastornos del sueño pueden contribuir al deterioro cognitivo de las personas mayores.
Dedique tiempo a un sueño de calidad
Dormir lo suficiente es un factor importante para la salud y el bienestar a corto y largo plazo. Puede ser tentador dejar que las actividades sociales, laborales y extraescolares consuman el tiempo de sueño disponible o caer en viejos patrones de cuidado de los hijos que dejan a uno de los miembros de la pareja luchando con la mayor parte de las interrupciones nocturnas del sueño. Ser conscientes de las consecuencias para la salud de un sueño insuficiente, interrumpido y de mala calidad. Dar prioridad a una buena higiene del sueño para todos los miembros de la familia, incluidas las madres, es una forma inteligente de ayudar a mantener sana a toda la familia.