Los científicos han identificado un nuevo tipo de depresión que puede estar causado por una proteína específica del organismo relacionada con la regulación del sueño. Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para quienes sufren una depresión que no responde a los medicamentos tradicionales.
La depresión: Una epidemia mundial
En su último informe sobre la creciente epidemia de depresión, la Organización Mundial de la Salud compartió hallazgos que indican que más de 300 millones padecen esta particular enfermedad mental. Lo que hace que esta noticia sea mucho más alarmante es que el desarrollo de síntomas depresivos puede llevar a muchos a recurrir al suicidio en lugar de a la terapia. Incluso en los casos en que la persona busca ayuda, el tratamiento médico es a veces ineficaz y el paciente puede acabar sintiendo que hay pocas razones para esperar alivio.
Quienes no sufren depresión pueden llegar a la conclusión de que esta enfermedad mental es simplemente un estado de tristeza. Sin embargo, el duelo por acontecimientos vitales concretos es una afección totalmente distinta de la depresión clínica. Cuando una persona experimenta la enfermedad mental de la depresión, todos los aspectos de su vida se verán afectados. Pueden acabar recluyéndose hasta el punto de perder su trabajo o sabotear sus relaciones personales.
Además de una tristeza que puede durar varios días seguidos, el individuo puede perder interés en actividades que normalmente le hacen sentirse feliz y puede experimentar ataques de ansiedad. Los síntomas físicos de la depresión incluyen dolores de cabeza frecuentes y la aparición de trastornos del sueño.
No todos los pacientes se benefician del tratamiento tradicional
La Asociación Americana de Psiquiatría informa de que casi el 30 por ciento de los pacientes no responden bien a los fármacos utilizados habitualmente para tratar la depresión. Esto deja a demasiadas personas que sufren depresión sin ninguna posibilidad de aliviar esos síntomas, por lo que los investigadores se han visto motivados a buscar las razones de esta disparidad.
Los resultados de un estudio realizado en la Universidad de Hiroshima (Japón) se han publicado recientemente en la revista Neuroscience. Este proyecto de investigación descubrió una razón para la ineficacia de la medicación en algunos casos de depresión, y es que puede existir una nueva forma de depresión vinculada a la proteína RGS8, que es producida por el gen RGS8 en los seres humanos. La función de esta proteína es controlar el funcionamiento de un receptor hormonal específico, el MCHR1, en lo que respecta a la regulación del estado de ánimo, el sueño y el apetito. El estudio descubrió que cuando la RGS8 está presente, hace que la MCHR1 se vuelva inactiva en las células cultivadas.
Uno de los métodos utilizados por el equipo de investigación consistió en comprobar los niveles de actividad de ratones con depresión. Antes de realizar ningún cambio, sometieron a los ratones a un curso de natación para medir su actividad física. El tiempo que cada ratón estuvo activo se dedujo del tiempo total del periodo de prueba. Esto ayudó a los investigadores a saber cuánto tiempo estaban normalmente inactivos los ratones. El estudio descubrió que los ratones con menor cantidad de proteínas RGS8 eran más activos que los que tenían un mayor aporte de la proteína.
Los investigadores realizaron un seguimiento de su estudio administrando un fármaco antidepresivo a algunos de los ratones y un fármaco que impedía el funcionamiento del receptor hormonal MCHR1 en los otros ratones. Los periodos de inactividad se acortaron en los ratones a los que se administraron los antidepresivos, pero los periodos de inmovilidad no se vieron afectados por el fármaco administrado a los otros ratones. Esto indicaba que es la cantidad de RGS8 específicamente la que influye en este tipo concreto de depresión. Estos primeros resultados instaron al estudio a centrarse más directamente en cómo afectaba la proteína RGS8 a las células del cerebro.
Tratamiento de un nuevo tipo de depresión
A continuación, los investigadores quisieron ver cómo la correlación entre MCHR1 y R GS8 afectaba a los cilios de ciertas células del cerebro. Los cilios se asemejan a pelos que sobresalen de ciertas células y están especialmente presentes en las células del hipocampo. Esas células, denominadas células CA1, contienen las mayores concentraciones de RGS8 del organismo.
Para simular una mayor presencia de RGS8, los investigadores inyectaron a los ratones un fármaco que inhibía el funcionamiento de MCHR1. Esto hizo que los cilios se alargaran y, remitiéndonos a estudios realizados anteriormente, sabemos que la formación anormal de cilios se ha relacionado con enfermedades de la retina, obesidad, enfermedades renales y muchas otras afecciones de salud.
¿Qué significa esto para los pacientes de depresión que normalmente no responden a los tratamientos farmacológicos? Los resultados del estudio indican que este nuevo tipo de depresión podría tratarse con éxito manipulando el desarrollo de RGS8 en el organismo. Si futuros estudios pueden precisar mejor la relación entre la RGS8 y la depresión, es posible que puedan desarrollar nuevos fármacos más eficaces para tratar este tipo de depresión. La promesa de un nuevo tratamiento para la depresión sugiere que las personas ya no tendrán que vivir con esta enfermedad y sufrir sus síntomas. A medida que esta investigación se pone a prueba y da lugar a nuevas terapias farmacológicas, millones de personas tienen la esperanza de un tratamiento que resuelva la depresión atacando la causa subyacente.