Aunque dormir lo suficiente y con calidad es esencial, las investigaciones han demostrado una y otra vez que, aunque duerma lo suficiente, su salud puede correr peligro si no se acuesta hasta más tarde por la noche. De hecho, según numerosos estudios, trasnochar aumenta el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas crónicos de salud.
Recientemente, una nueva investigación ha revelado que las «madrugadoras», es decir, las que se acuestan pronto y se levantan temprano, disfrutan de un menor riesgo de cáncer de mama. Esto confirma los resultados anteriores, según los cuales permanecer despierto hasta altas horas de la noche aumenta los riesgos para la salud.
Los búhos nocturnos corren más riesgos para la salud que los madrugadores
Numerosos estudios han corroborado que acostarse tarde y levantarse tarde puede ser peligroso para la salud. En un estudio surcoreano sobre los riesgos para la salud de un horario de sueño tardío, los efectos nocivos para la salud eran evidentes incluso cuando los sujetos dormían ocho horas consecutivas.
En el estudio se eligieron 1.600 sujetos de edades comprendidas entre los 47 y los 59 años. Tras rellenar una encuesta en la que se les preguntaba por sus patrones y hábitos de sueño, cada sujeto fue sometido a una minuciosa evaluación médica. El equipo de investigación, dirigido por la Dra. Nan Hee Kim, descubrió que los noctámbulos corrían un mayor riesgo de desarrollar diabetes. También presentaban menos masa muscular de media.
La Dra. Kim sugiere que los mayores riesgos para la salud de los noctámbulos se deben a que las personas que trasnochan tienden a adoptar comportamientos más arriesgados. Aunque duerman toda la noche, su calidad de sueño puede no ser tan buena como la de quienes se acuestan antes. Además, acostarse más tarde crea más oportunidades para fumar, consumir alcohol y tomar tentempiés poco saludables.
Acostarse tarde puede acortar la esperanza de vida
En otro estudio realizado en la Universidad Northwestern de Chicago, se confirmaron los efectos nocivos para la salud de los noctámbulos. Este estudio, en el que se examinaron los hábitos de sueño de 430.000 personas a lo largo de seis años, reveló que los noctámbulos también tienen más probabilidades de morir prematuramente que los que se acuestan más temprano y se levantan antes por las mañanas.
Este estudio descubrió que, además del mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, los búhos nocturnos tienen más probabilidades de desarrollar una serie de trastornos físicos y mentales. Estos mayores riesgos para la salud aumentaban la probabilidad de que los noctámbulos sufrieran una muerte prematura en comparación con los sujetos que se acostaban antes.
Kristen Knutson, autora del estudio, cree que esto puede atribuirse a la alteración del reloj biológico, o ritmo circadiano. Se trata del sistema interno que regula el apetito, el sueño, la vigilia y docenas de otras funciones biológicas. El ritmo circadiano depende de la luz del día y la oscuridad de la noche para mantener un ciclo de 24 horas, pero los hábitos de sueño no tradicionales alteran este reloj interno.
La respuesta sencilla puede parecer ajustar el horario para cumplir con un horario de sueño más tradicional. Sin embargo, admitiendo que algunas personas simplemente no funcionan bien como madrugadores, la Sra. Knutson sugiere una alternativa más fácil: Si llevas un estilo de vida que te permita dormir hasta más tarde y, en consecuencia, trabajar hasta más tarde, es posible que consigas un ajuste más saludable de tu reloj biológico. Con el tiempo, el ritmo circadiano puede regularse mejor, lo que minimiza los riesgos para la salud.
Un nuevo estudio sugiere que el riesgo de cáncer de mama es menor en las personas madrugadoras
Los investigadores de un estudio más reciente utilizaron datos de 409.167 mujeres para arrojar luz sobre cómo afectaban a la salud los patrones de sueño. Descubrieron que las mujeres que se levantaban antes por las mañanas tenían menos riesgo de desarrollar cáncer de mama que las que se quedaban despiertas hasta más tarde por la noche. Aunque fue sorprendente descubrir que levantarse más temprano por las mañanas ayudaba a reducir el riesgo de cáncer de mama, los investigadores también descubrieron que dormir más de ocho horas por ciclo aumentaba esos riesgos.
El estudio descubrió que los riesgos derivados de trasnochar o dormir más de ocho horas eran menos significativos que los derivados de otros comportamientos que también elevan los riesgos de desarrollar cáncer de mama. Por ejemplo, fumar cigarrillos, el consumo de alcohol y las dietas poco saludables elevan los riesgos de cáncer significativamente más que los patrones de sueño poco saludables.
En concreto, el proyecto de investigación reveló que las personas que se levantaban temprano tenían un riesgo de desarrollar cáncer de mama inferior en menos de un uno por ciento al riesgo que corrían las que se levantaban tarde. En términos más sencillos, esto significa que sólo 10 o menos mujeres se verían afectadas positivamente por preferir madrugar a trasnochar.
Utilizando la aleatorización mendeliana (RM) para trazar la causa y el efecto en sus sujetos de prueba, los investigadores descubrieron que la relación entre una mayor propensión al cáncer de mama y unos patrones de sueño inusuales existe. Sin embargo, esto no debe interpretarse como una prueba de que el ajuste de los patrones de sueño pueda afectar significativamente al desarrollo del cáncer de mama. En cambio, el autor principal del estudio sugiere que estos hallazgos son de interés para los investigadores porque proporcionan motivación para seguir investigando sobre el sueño, la salud y el ritmo circadiano. Con el tiempo, esta línea de investigación podría ayudar a determinar qué papel desempeñan nuestros relojes biológicos en el mantenimiento de una mejor salud.
La prevención es la clave
El cáncer de mama afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque es más frecuente en las mujeres. Es un tipo de cáncer que se desarrolla primero en el tejido mamario, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo si no se trata. La última encuesta, realizada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) en 2016, reveló que había 3,5 millones de mujeres con cáncer de mama diagnosticado en Estados Unidos. La organización también informa de que más del 13% de las mujeres estadounidenses serán diagnosticadas de cáncer de mama a lo largo de su vida. Por este motivo, la investigación de los factores causales de este tipo de cáncer reviste especial interés. Aunque algunos factores no pueden modificarse, otros comportamientos sí pueden ajustarse. Si se determina qué rasgos y comportamientos pueden afectar al desarrollo del cáncer de mama, se podrá reducir el número de mujeres diagnosticadas en el futuro.