Nuevas investigaciones demuestran que el horario de verano puede afectar a nuestra salud de muchas formas sorprendentes, entre ellas la salud reproductiva y las tasas de éxito de la fecundación in vitro.
Millones de personas tendrán dificultades para levantarse de la cama este lunes después de que el horario de verano, también abreviado DST, nos robe una hora entera de sueño. El horario de verano existía antiguamente para ahorrar electricidad dando a la gente más horas de sol al día. En la actualidad, seguimos adelantando los relojes en primavera y retrasándolos en otoño más por tradición que por necesidad. Sin embargo, esta tradición puede tener unos costes sanitarios inmensos, ya que aumenta el riesgo de enfermedades y afecta a casi todos los aspectos de nuestra salud.
¿Puede el adelanto de la primavera afectar a las tasas de éxito de la FIV?
Muchas parejas estadounidenses luchan contra la infertilidad y recurren a la FIV, o fecundación in vitro, para formar una familia. Hay mucho en juego en la FIV y otras tecnologías reproductivas, ya que las parejas gastan cientos de miles de dólares para tener la oportunidad de convertirse en padres biológicos. Según un nuevo estudio, el cambio de hora en primavera tiene un impacto sorprendente en las tasas de éxito de la FIV.
Un estudio reciente analizó las tasas de éxito de la FIV de las mujeres que se sometieron a ella en las tres semanas posteriores al cambio de primavera, en comparación con las que lo hicieron en otros momentos. Sorprendentemente, las mujeres que se sometieron a esta tecnología reproductiva en los 21 días posteriores al cambio de hora tuvieron una probabilidad de aborto significativamente mayor. Los investigadores reconocen que este tema requerirá más estudios para confirmar las conclusiones, pero por el momento, parece que una alteración del ritmo circadiano puede afectar incluso a nuestra fertilidad.
Efectos sobre la salud del horario de verano
Éste no es el primer estudio que constata que nuestra pérdida anual de tan sólo una hora de sueño puede tener repercusiones en la salud pública. La investigación en cronobiología ha descubierto sistemáticamente que el cambio de hora, y por tanto el cambio del ritmo circadiano, puede tener un profundo impacto en nuestra salud. El cambio de hora en primavera se ha relacionado con un aumento del 10% de los infartos de miocardio. El riesgo de ictus y otros accidentes cerebrovasculares también aumenta un 8%. Estos efectos parecen ser especialmente profundos en las personas mayores, que ya de por sí corren un mayor riesgo de sufrir acontecimientos catastróficos para su salud.
La investigación cronobiológica también ha descubierto que el cambio primaveral puede tener un efecto muy real en las finanzas de nuestra nación. Los accidentes de coche aumentan en tal porcentaje que los investigadores estiman que más de 300 muertes se deben sólo al cambio de hora. Los sucesos accidentales en el trabajo también aumentan bruscamente tras el adelanto de la primavera. Se pierden millones de dólares por la menor productividad y los costes derivados de los accidentes laborales. Éstas son sólo las pérdidas conocidas; probablemente hay más que no se pueden cuantificar tan fácilmente. ¿Merece la pena tanto dinero como vidas humanas sólo por tener más luz diurna?
Ritmo circadiano y salud mental
Tan devastadores como los efectos físicos pueden ser los emocionales y psicológicos. Las investigaciones han descubierto que los suicidios aumentan en la semana inmediatamente posterior al horario de verano. Esto sugiere que la pérdida de una hora de sueño puede tener efectos sobre la depresión y otros trastornos mentales. Desde un punto de vista intuitivo, tiene sentido que las personas que ya tienen problemas de salud mental experimenten cambios aún más perjudiciales cuando también sufren alteraciones del ritmo circadiano.
El efecto parece ser especialmente fuerte en los adolescentes. Los adolescentes ya tienen problemas para adaptarse a las exigencias de sueño y vigilia de un mundo orientado a los horarios de los adultos. Cuando estas exigencias cambian de repente y se hacen más estrictas, los adolescentes pueden sufrir agotamiento y las consiguientes discapacidades mentales e intelectuales. De hecho, obtienen de media peores resultados en la selectividad. Este efecto no es pequeño; los adolescentes que hicieron este examen, que puede ser un factor decisivo en la admisión a la universidad, inmediatamente después del cambio horario de primavera vieron una diferencia del 2% en las puntuaciones.
Recuperar el ritmo circadiano
Si eres uno de los muchos afectados por el horario de verano, hay formas de hacer que la transición sea un poco más suave. Intente acostarse cada vez más temprano en los días previos al cambio de hora para dar tiempo a su cuerpo a acostumbrarse al adelanto primaveral. Además, muchas personas descubren que tomar té de manzanilla o melatonina la semana anterior al cambio de hora puede ayudarles a adaptarse a acostarse más temprano. Los investigadores también recomiendan la exposición a la luz brillante poco después de despertarse como una forma de comenzar gradualmente a despertarse más temprano. Por último, evite la cafeína en esta época de transición. Aunque la cafeína puede ayudar a las personas a despertarse, sus efectos a largo plazo pueden significar menos horas de sueño y, por tanto, menos capacidad para adaptarse al cambio de hora.
Perder una hora de sueño nunca es fácil. Sin embargo, hay formas de mitigar los efectos. Cambiando gradualmente tu ritmo innato para que el gran cambio de hora no sea tan trascendental, es de esperar que puedas atenuar los efectos psicológicos y fisiológicos del adelanto este mes de marzo.