Dormir lo suficiente y con calidad es importante, pero hasta el 40% de los adultos padece insomnio. Según la Fundación Nacional del Sueño, hasta el 15% de los adultos de Estados Unidos declaran padecer insomnio crónico. Esto es alarmante, en parte porque el insomnio puede ser el resultado de otras afecciones médicas y puede ser uno de los primeros signos de una enfermedad que aún no se ha diagnosticado.
Por otra parte, la privación de sueño puede hacer que una persona desarrolle otros problemas de salud emocional y física. El letargo y la somnolencia que una persona privada de sueño sentirá durante el día pueden inhibir su capacidad para manejar con seguridad maquinaria o conducir un vehículo de motor. Además, unos malos hábitos de sueño pueden provocar cambios de humor y sentimientos depresivos. Ahora, nuevas investigaciones que relacionan el sueño y la memoria sugieren que la incapacidad para dormir puede afectar no sólo a la memoria, sino también al impacto emocional de ciertos recuerdos.
¿Qué es el insomnio?
El insomnio no es sólo la incapacidad para conciliar el sueño. También puede consistir en dormir una cantidad insuficiente de horas o en no conseguir un sueño reparador y de calidad. Para muchas personas, padecer insomnio significa tener problemas para conciliar el sueño y permanecer dormidas durante toda la noche. Existen tres clasificaciones del insomnio:
- Insomnio transitorio: El individuo experimenta dificultades para dormir durante tres o menos noches consecutivas.
- Insomnio agudo: El individuo presenta síntomas de insomnio durante varias semanas.
- Insomnio crónico: En estos casos, el insomnio se experimenta regularmente durante varios meses, o la afección puede persistir durante años. La mayoría de los casos de insomnio crónico son el resultado de una enfermedad subyacente.
Un nuevo estudio explora la relación entre el sueño y la memoria
En un estudio reciente, el doctor Weiwei Zhang dirigió un equipo de investigadores que analizó cómo la falta de sueño y el estado de ánimo afectaban a la memoria de trabajo. A efectos del estudio, la memoria de trabajo se definió como la capacidad de recordar a corto plazo, esencial para realizar las funciones cotidianas. Esto implica la capacidad de conducir un vehículo, utilizar las habilidades comunicativas y lingüísticas y tomar decisiones. Aunque el sueño y la memoria se han relacionado en estudios anteriores y el estado de ánimo y la memoria se han evaluado en otros estudios, el nuevo proyecto de investigación pretendía conectar los tres factores.
En la primera parte de un estudio en dos partes, se pidió a 110 estudiantes de la Universidad de California que evaluaran la calidad de su sueño y la frecuencia de sus episodios depresivos. Los investigadores también sometieron a los estudiantes a pruebas de recuerdo para determinar la calidad de su memoria de trabajo.
En la segunda parte del estudio se reclutó a 31 sujetos de edades comprendidas entre los 21 y los 77 años. El objetivo era determinar cómo afectaba la edad a la memoria de trabajo. Este estudio confirmó que la memoria de trabajo se degrada a medida que envejecemos, lo que demuestra que todo el mundo experimenta un deterioro cognitivo en cierta medida.
Los estudios también descubrieron que tanto la calidad del sueño como el estado de ánimo afectaban a la memoria de trabajo. Las personas que dormían menos horas o experimentaban una menor calidad del sueño tenían una memoria de trabajo deficiente. Del mismo modo, las personas con episodios depresivos más frecuentes también mostraban una memoria de trabajo comprometida. Los investigadores concluyeron que las personas que padecen insomnio y experimentan estados emocionales negativos con mayor frecuencia también experimentan dificultades en el almacenamiento de la memoria a corto plazo.
La falta de sueño afecta a cómo se sienten los malos recuerdos
Investigadores del Instituto Holandés de Neurociencia trataron de identificar cómo afectaba la falta de sueño a los sentimientos de una persona ante los malos recuerdos. El equipo utilizó resonancias magnéticas para determinar cómo afectaba el insomnio a la evocación de recuerdos malos o embarazosos. Se pidió a los participantes en el estudio que evocaran recuerdos embarazosos de décadas anteriores, así como malos recuerdos más recientes.
En los participantes que no sufrían privación del sueño, se activaban circuitos cerebrales diferentes al rememorar malos recuerdos del pasado que al rememorar recuerdos más recientes. Por el contrario, en los que sí sufrían insomnio, se activaban los mismos circuitos cerebrales, tanto si recordaban un mal recuerdo lejano como uno más reciente.
Los resultados de las pruebas de resonancia magnética mostraron que los circuitos cerebrales solapados identificados en los insomnes se centraban en el córtex cingulado anterior (ACC). Ésta es la parte del cerebro que regula el procesamiento cognitivo y emocional. Rick Wassing, que dirigió el estudio, llegó a la conclusión de que la falta de sueño hace que el individuo se sienta peor ante los malos recuerdos.
¿Dormir lo suficiente puede ayudar a desterrar los recuerdos desagradables?
En un estudio anterior, se pidió a los participantes que cantaran una canción en solitario en un karaoke. Mientras cantaban, los participantes llevaban auriculares con cancelación de ruido, lo que les impedía oírse a sí mismos. Como resultado, los participantes eran incapaces de cantar en el tono correcto.
Una semana más tarde, los participantes escucharon las grabaciones de sus cantos y se sometieron a resonancias magnéticas justo después. Todos los participantes en el estudio afirmaron sentirse avergonzados al escuchar la grabación. Se pidió a los participantes que comentaran sus sentimientos sobre la grabación después de una noche de sueño. Los sujetos que durmieron bien dijeron sentirse menos molestos por las grabaciones, mientras que los que no durmieron bien dijeron seguir sintiéndose avergonzados o angustiados por las grabaciones.
Anteriormente, se suponía que las partes del cerebro que controlan el sueño y la vigilia eran las responsables del insomnio. Los autores de este nuevo estudio sospechan que, en realidad, el córtex cingulado anterior puede desempeñar un papel en la privación del sueño. Los investigadores sospechan que, en las personas que sufren falta de sueño, puede haber genes en el córtex cingulado anterior que no se activen correctamente cuando el individuo entra en la fase REM del sueño. Como resultado, la conexión emocional con los recuerdos se mantiene fuerte, incluso con el paso del tiempo. El Sr. Wassing sugiere que la capacidad de una persona para obtener una cantidad suficiente de sueño de calidad cada noche puede ayudarle a desconectar de sus malos recuerdos.