En una época en la que las malas decisiones nos rodean, muchas personas se enorgullecen de su capacidad para tomarlas. A lo largo de la historia, los sabios han esperado hasta el día siguiente para tomar una decisión importante. De hecho, nuestra sociedad tiene un dicho para este comportamiento: «consultarlo con la almohada». Aunque es bueno dedicar tiempo a pensar en los grandes problemas antes de seguir adelante, varios estudios sugieren que hay más en este dicho de lo que creíamos. Nuevas investigaciones sobre el sueño y la resolución de problemas indican que dormir puede ayudar a tomar decisiones difíciles y mejorar nuestro rendimiento lógico de diversas maneras.
El sueño y la resolución de problemas
Varios estudios han demostrado el papel del sueño en distintas tareas cognitivas. Es más probable que seamos capaces de resolver rompecabezas cognitivos complejos cuando estamos bien descansados, lo que sin duda forma parte de una buena toma de decisiones. También tenemos más capacidad para controlar nuestras emociones cuando hemos dormido una cantidad adecuada; una habilidad que es importante para resolver problemas de la vida real. En general, las personas que han dormido lo suficiente tienen mejores reflejos y obtienen mejores resultados en pruebas de todo tipo.
Además, hace tiempo que se ha demostrado que el sueño desempeña un papel en la memoria y el aprendizaje. Cuando dormimos, diferentes partes de nuestro cerebro trabajan juntas para ayudarnos no sólo a formar recuerdos, sino a darles sentido y a aplicar los nuevos conocimientos a nuestras situaciones actuales. Es fácil extrapolar cómo esto podría ayudar a las personas a tomar mejores decisiones.
Sin embargo, un nuevo estudio ofrece un apoyo más concreto al hábito cultural de descansar una noche antes de tomar una decisión difícil.
¿Se toman mejores decisiones cuando se «consulta con la almohada»?
Para determinar cómo se resuelven los problemas cuando dormimos, los investigadores encomendaron a los participantes en el estudio la curiosa tarea de resolver problemas mientras dormían. Se les planteó un problema lógico justo antes de irse a la cama. Mientras dormían, se reproducían sonidos y palabras para recordarles este rompecabezas. Cuando se despertaron, casi un tercio de los participantes en el estudio eran capaces de resolver el enigma, mucho más que el 20% que podía resolverlo sin «consultarlo con la almohada»; en otras palabras, consultar con la almohada un problema difícil aumentaba las posibilidades de resolverlo en más de un cincuenta por ciento.
En la vida moderna, muchas de las decisiones a las que nos enfrentamos son equivalentes a estas tareas lógicas. Debemos incorporar información de distintas fuentes y considerar múltiples ángulos para encontrar la solución ideal. Sin embargo, ¿cómo ayuda exactamente el sueño a las personas a completar con éxito estas complejas tareas?
La respuesta puede estar en el efecto del sueño sobre la consolidación de la memoria y el recuerdo. A veces, la respuesta a una pregunta difícil está en la «punta de la lengua», esperando a ser descubierta. Otras veces, simplemente necesitamos más tiempo para pensar en distintas soluciones y considerar las posibilidades. En ambos casos, el sueño puede ayudar a las personas a tomar las decisiones correctas para su bienestar a largo plazo.
¿Puede el sueño ayudarnos a aplicar los conocimientos y la experiencia?
Otra posible explicación de la mejor toma de decisiones después de dormir es que se sabe que el sueño ayuda a activar diferentes recuerdos. Las experiencias personales son una parte importante a la hora de tomar una decisión importante; además, puede haber trozos de experiencia relevantes que hayamos olvidado temporalmente. Como se ha demostrado que el sueño activa los recuerdos, puede ayudarnos a tomar mejores decisiones al ayudarnos a aplicar lo que ya sabemos.
La experiencia pasada es uno de los factores más importantes a la hora de tomar una buena decisión. Utilizar experiencias pasadas y conocimientos previos nos permite hacer la mejor elección posible y también basarnos en conocimientos anteriores. Al fin y al cabo, la mayoría de nosotros queremos sacar el máximo provecho de nuestras experiencias vitales. Si el sueño nos ayuda a ello, quizá todos deberíamos empezar a esperar una o dos noches antes de enfrentarnos a decisiones difíciles.
En todo el mundo occidental, la falta de sueño es crónica. Sencillamente, no dormimos la cantidad ni la calidad de sueño que necesitamos. Esto puede estar afectando a nuestra capacidad para tomar buenas decisiones de forma sutil y no tan sutil. Dormir más puede ser una buena decisión no sólo para nosotros, sino para todas las personas que se ven afectadas por nuestras decisiones.
Todavía hay mucho que no entendemos sobre cómo el sueño interactúa con nuestra cognición y nuestra capacidad para resolver problemas. Sin embargo, este estudio demuestra que podemos ser más capaces de tomar decisiones cuando descansamos lo suficiente antes de tomar decisiones difíciles. Dormir las horas adecuadas es importante no sólo para tomar las mejores decisiones, sino también para mantener una salud física y mental óptima durante toda la vida.