Los enfermeros se sacrifican por los demás en cada turno, soportando largas horas de pie y la exposición a patógenos mortales. Sin embargo, trabajar en turnos inusuales puede suponer un peligro aún mayor para la salud de las enfermeras, así como para otros profesionales que no trabajan en un turno diurno estándar.
El estudio sobre la salud de las enfermeras
El Nurses’ Health Study (Estudio sobre la salud de las enfermeras) ha sido uno de los estudios más largos y exhaustivos sobre la salud de las mujeres, investigando el impacto de diferentes variables desde 1976. Casi un cuarto de millón de enfermeras participaron en esta investigación, proporcionando información sobre una serie de variables de estilo de vida y salud, al tiempo que permitían a los investigadores hacer un seguimiento de su salud.
Entre otras cosas, se hizo un seguimiento de los turnos de trabajo de estas enfermeras, lo que convirtió este enorme proyecto de investigación en un estudio involuntario de la cronobiología y los efectos del trabajo por turnos en el ritmo circadiano. Algunas enfermeras trabajan de noche constantemente, otras al menos tres veces al mes y el último grupo casi nunca. Los investigadores empezaron a notar una tendencia: Las enfermeras que trabajaban en turnos de noche tenían un mayor riesgo de muerte por diversas causas aparentemente no relacionadas.
Los turnos de noche y la esperanza de vida
Las enfermeras que trabajaban en el turno de noche tenían un 19% más de probabilidades de morir de una enfermedad cardiaca y más de un 25% más de probabilidades de morir de cáncer de pulmón. Estas enfermeras también tenían más probabilidades de sufrir accidentes que les afectaban negativamente tanto a ellas como a los pacientes. Este mayor riesgo de enfermedades y accidentes acorta la esperanza de vida de las enfermeras que trabajan de noche, y probablemente también la de otros trabajadores del turno de noche.
¿Cómo puede afectar a la esperanza de vida trabajar en un turno de noche? Las personas que trabajan de noche sufren alteraciones del ritmo circadiano que impiden la reparación eficaz del ADN, al tiempo que alteran el equilibrio de sustancias neuroquímicas importantes como la serotonina y la melatonina. Mantener un ritmo circadiano saludable es esencial tanto para la salud cerebral como para la cardiovascular, pero resulta casi imposible para las personas que trabajan en horarios extraños. De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha calificado el trabajo nocturno de cancerígeno debido a sus efectos sobre la reparación del ADN y el riesgo de cáncer.
¿Qué significa esto para otros trabajadores por turnos?
La enfermería no es la única profesión en la que suele ser necesario trabajar de noche. Casi el 20% de los trabajadores de todo el mundo trabajan de noche. Estos trabajadores están sometidos a los mismos factores de estrés biológico que el trabajo nocturno: alteraciones del ritmo circadiano, deterioro de la toma de decisiones y de los tiempos de reacción y mayor riesgo de padecer una amplia gama de enfermedades crónicas potencialmente mortales.
Aunque esto pueda parecer terrible para las personas que tienen que trabajar de noche, comprender el problema es el primer paso para solucionarlo. Estrategias como la fototerapia, los suplementos de melatonina y los cambios en la dieta pueden contribuir a reducir los efectos del trabajo nocturno y ayudar a las personas a mantener un ritmo circadiano saludable independientemente de su horario. Los investigadores en cronobiología buscan activamente formas de restablecer un ritmo biológico sano en las personas que no pueden evitar los turnos de noche.
Los estudios están demostrando a los profesionales médicos lo importantes que son el sueño y un ritmo circadiano sano para la salud en general. Y lo que es más importante, están arrojando luz sobre los procesos celulares que conforman un ritmo circadiano sano y las formas en que las personas privadas de sueño de todo tipo pueden alcanzar la buena salud que merecen.