El sistema inmunitario influye en la relación entre el sueño y la salud intestinal
Según un estudio reciente sobre el sueño y la salud intestinal, no dormir lo suficiente y reparador puede abrir la puerta a diversas enfermedades por el efecto de la falta de sueño en el sistema inmunitario.
Hace tiempo que se sabe que la falta de sueño nocturno nos expone a un mayor número de enfermedades. Las personas que trabajan de noche o en turnos de noche tienen muchas más probabilidades de desarrollar cáncer, úlceras, obesidad y un largo etcétera de enfermedades, lo que sugiere que el ritmo circadiano desempeña un papel importante.
En el estudio más reciente, investigadores del Centro Champalimaud para lo Desconocido de Portugal querían comprobar si las células inmunitarias linfoides (células ILC3), que ayudan al organismo a combatir las infecciones, se veían influidas por el ritmo circadiano del cuerpo. Utilizando ratones, el equipo descubrió que las células ILC3 eran muy sensibles a los cambios en el ritmo circadiano. De hecho, observaron que había un circuito en el cerebro que conecta directamente el ritmo circadiano con las células ILC3 del intestino.
Cuando el reloj biológico del organismo se ve alterado por cambios en el ciclo normal de luz y oscuridad, las células ILC3 también se ven afectadas, lo que altera todo el microbioma intestinal, así como la tasa de absorción de lípidos del organismo. En resumen, un ritmo circadiano desregulado provocó cambios tanto en la salud metabólica como en la inflamación intestinal. Cuando el ritmo circadiano se interrumpe con regularidad, los investigadores descubrieron que se producía un menor número de células ILC3 en el microbioma intestinal. Esto conduce a un aumento de la inflamación en todo el organismo y del riesgo de obesidad.
Normalmente, existe una proteína que indica a las células ILC3 dónde deben ir para ayudar a proteger el organismo. Sin embargo, la alteración de los patrones de sueño y del ritmo circadiano impide que esta proteína funcione correctamente. Como resultado, las células ILC3 no saben dónde ir y el sistema inmunitario se debilita. Esto puede explicar por qué las personas con patrones de sueño irregulares también tardan más en curarse o recuperarse de una enfermedad.
¿Cómo afecta el sueño a la salud intestinal?
Estamos empezando a saber que existe una relación entre la calidad del sueño y la salud del microbioma intestinal. Se trata de una relación recíproca, lo que significa que una deficiencia en un extremo provocará una deficiencia en el otro. En 2016, los investigadores probaron esta relación en un estudio que utilizó nueve sujetos masculinos. Los sujetos estaban en buena condición física, no habían experimentado ningún trastorno del sueño y consumían dietas regulares.
Cuando se privó a los participantes de sueño durante solo dos noches, los investigadores observaron algunos cambios significativos en su salud: Descubrieron que los sujetos habían experimentado un descenso en el número de bacterias saludables en sus microbiomas intestinales. También se produjo un notable aumento de las bacterias que afectaban a la obesidad y a la diabetes de tipo 2. Por último, observaron que el organismo de cada participante mostraba una menor sensibilidad a la insulina.
Esa relación también funciona en sentido contrario. En otro estudio sobre sujetos de 50 a 85 años, los investigadores analizaron cómo un microbioma intestinal deficiente afectaba al sueño y al funcionamiento cognitivo. Descubrieron que un microbioma intestinal más sano y diverso mejoraba la calidad del sueño. Su funcionamiento cognitivo también mejoró, aunque es difícil decir si esto estaba directamente relacionado con la diversidad del microbioma intestinal o con dormir bien. Dormir mejor y una mayor diversidad bacteriana pueden haber contribuido a partes iguales a mejorar el funcionamiento cognitivo de los sujetos. Aunque se necesita más investigación, está claro que un microbioma intestinal sano afecta a la calidad del sueño, al igual que los hábitos de sueño influyen en la salud del microbioma intestinal.
Sueño e inmunidad
En otra investigación, se descubrió que la calidad y la duración del sueño también pueden afectar al funcionamiento del sistema inmunitario. Esto se debe a que el sistema inmunitario libera unas proteínas llamadas citoquinas durante el sueño, que afectan a la capacidad del organismo para combatir enfermedades e infecciones. Si no duermes bien, tu cuerpo no producirá una cantidad suficiente de citocinas, lo que significa que tendrás un mayor riesgo de desarrollar inflamaciones o infecciones.
Mientras duermes, tu cuerpo se esfuerza por reparar la tensión o los daños sufridos durante las horas de vigilia. Esto significa enviar anticuerpos para ayudar a reducir la inflamación y el daño tisular. El cuerpo necesita de siete a ocho horas de sueño cada noche para llevar a cabo esta tarea, por lo que si no duermes lo suficiente, también estás obstaculizando este proceso. Por eso te sientes más fatigado y menos productivo cuando no duermes lo suficiente.
Con el tiempo, acumulas un déficit de sueño que deja tu sistema inmunitario en un estado extremadamente debilitado. Como resultado, te sentirás más estresado y serás más propenso a desarrollar enfermedades o infecciones. La relación entre el sueño y el funcionamiento del sistema inmunitario también explica por qué las personas que trabajan en turnos de noche son más propensas a contraer resfriados o la gripe. La relación entre el sueño y la inmunidad explica además por qué dormir lo suficiente cada noche es esencial para la salud en general.