Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores ha demostrado que el ritmo circadiano influye en la función saludable del tejido adiposo. El estudio, publicado recientemente en Nature, demostró que la alteración del ritmo circadiano, especialmente cuando se combina con una dieta rica en grasas, puede tener efectos a largo plazo en el tejido adiposo y en el lugar del cuerpo donde se almacena la grasa.
Las células adiposas funcionan según un ciclo de 24 horas; cuando ese ritmo se altera y el tejido adiposo se ve sometido a un estrés adicional por una dieta rica en grasas, los resultados pueden ser duraderos y difíciles de revertir.
El tejido adiposo sano desempeña funciones vitales
Con tanta atención a los problemas de salud asociados con el exceso de grasa y la obesidad, puede ser fácil olvidar que el tejido adiposo sano, de hecho, realiza funciones vitales dentro del cuerpo. El tejido adiposo sano proporciona energía al cuerpo, ayuda a proteger los órganos, desempeña un papel en el crecimiento celular y contribuye a mantener una temperatura corporal correcta.
Mantener la salud y la función del tejido adiposo es esencial para gozar de buena salud. Curiosamente, un ritmo circadiano saludable es una parte importante de ello.
El ritmo circadiano influye en la salud del tejido adiposo
Como explican los investigadores que realizaron este reciente estudio, la sincronización y el ritmo son elementos esenciales para el correcto funcionamiento del tejido adiposo. En todo el cuerpo existen relojes corporales que regulan las actividades celulares. El ritmo circadiano, un ciclo de aproximadamente 24 horas, es una parte esencial de la sincronización de esos relojes.
Como toda la vida en la Tierra, los humanos hemos evolucionado a ese ritmo de 24 horas de luz y oscuridad, día y noche. Durante la mayor parte de nuestra existencia como especie, hemos estado activos durante las horas de luz y hemos dormido durante las horas oscuras de la noche.
El tejido adiposo sano también funciona con un ciclo de aproximadamente 24 horas. Durante ese periodo de tiempo, las células progenitoras de adipocitos se convierten en adipocitos, las células especializadas que forman el tejido adiposo, o tejido adiposo sano. Este tejido es el que almacena la energía. El ritmo circadiano está relacionado con este proceso a través de su papel en la regulación de los relojes corporales en todo el cuerpo. Así pues, el ritmo de las operaciones celulares está influido por los ritmos de la vida humana, establecidos desde hace mucho tiempo: los ritmos regulares de despertarse, comer, estar activo y dormir.
Laluz y el horario de las comidas son dos de los principales indicadores del ritmo circadiano y ambos se ven gravemente afectados por la vida moderna. Las luces brillantes que se encienden con sólo pulsar un interruptor facilitan la prolongación del día hasta bien entrada la noche. La abundancia de alimentos y la disponibilidad de comidas precocinadas, a menudo ricas en grasas y azúcares, ha cambiado nuestra forma de comer y también cuándo comemos. Estas alteraciones del ritmo circadiano y de la dieta pueden causar daños reales en la forma en que el cuerpo humano procesa, utiliza y almacena la grasa; daños que pueden ser difíciles de deshacer, incluso mejorando la dieta.
Según el estudio, un estilo de vida que combine habitualmente la alteración del ritmo circadiano y una dieta rica en grasas puede llegar a alterar los procesos celulares que intervienen en la transformación de las células progenitoras de adipocitos en tejido adiposo sano, lo que conduce a un agotamiento de las células adiposas sanas. Eso, a su vez, causa problemas con el almacenamiento de grasa, permitiendo que los lípidos, o grasa, se derramen en otras áreas, creando un exceso de grasa alrededor de órganos y músculos. Cuando esto ocurre, el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes de tipo 2 aumenta considerablemente. Según el estudio, este tipo de alteración del sistema adiposo podría ser difícil de revertir.
Mantener la salud del ritmo circadiano
Un ritmo circadiano saludable es un elemento clave de la salud y el bienestar general. Hay una serie de factores que intervienen en el mantenimiento de la salud del ritmo circadiano. Entre ellos se incluyen el momento de la exposición a la luz, el horario de las comidas, la dieta, la actividad física y la calidad del sueño.
Tome el sol por la mañana a diario y evite las luces artificiales brillantes, incluida la luz de las pantallas y los dispositivos, por la noche, especialmente durante las dos horas anteriores a la hora de acostarse. Tenga un horario regular para dormir y despertarse. Manténgalo igual todos los días, tanto entre semana como los fines de semana.
Establezca también un horario para sus comidas y cúmplalo. Un horario de comidas que permita el ayuno intermitente puede ayudar a promover un ritmo circadiano saludable y tejidos grasos sanos, así como a controlar el peso. Este tipo de planificación de las comidas las programa durante un bloque de ocho o doce horas al día, dejando el resto de las 24 horas para el ayuno.
Comer durante la parte activa del día es mejor para la salud en general. Evita los alimentos precocinados ricos en grasas, sodio y azúcar, y mantente alejado de las calorías vacías. En su lugar, elija alimentos integrales, hidratos de carbono complejos, proteínas magras y grasas saludables. Asegúrese de que la parte activa del día incluya suficiente actividad física. Así dormirá mejor y tendrá un ritmo circadiano más sano.
Viva con ritmo, reduzca las interrupciones
Aunque la vida nos depara retos e interrupciones, hay mucho que podemos hacer para vivir la nuestra de forma más rítmica, reduciendo las alteraciones del ritmo circadiano. Al principio puede parecer difícil conseguir que los distintos elementos de su vida sigan un ritmo manejable, pero se sentirá mejor y estará más sano a medida que las cosas vayan encajando, elección a elección y día a día.