Un nuevo estudio revela que existe una relación entre las alteraciones del sueño y la epilepsia, lo que sugiere que el ritmo circadiano afecta a los trastornos convulsivos.
La epilepsia es un trastorno del cableado eléctrico del cerebro en el que las personas afectadas sufren convulsiones, que son pérdidas temporales de conciencia causadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Cada año se diagnostica este trastorno a 125.000 estadounidenses, y hay millones de afectados. Aunque la comprensión médica y cultural de esta enfermedad ha mejorado enormemente en las últimas décadas, el tratamiento eficaz de la epilepsia sigue siendo un reto para los profesionales médicos. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que la epilepsia puede estar vinculada a trastornos del ritmo circadiano y exacerbada por ellos, lo que ofrece nuevas esperanzas para un tratamiento eficaz.
La cronobiología de la epilepsia
Los investigadores descubrieron hace años que los ataques causados por la epilepsia tienen una ritmicidad de 24 horas, lo que significa que tienden a producirse alrededor de la misma hora todos los días. De hecho, el ritmo de las crisis es bastante predecible entre las personas que padecen las mismas formas de la enfermedad. Por ejemplo, las convulsiones basadas en la porción temporal del cerebro tienen más probabilidades de producirse hacia el mediodía, mientras que las convulsiones basadas en la porción parietal son frecuentes hacia las 3 de la madrugada.
Los investigadores creen que esto se debe en parte al ritmo circadiano de nuestro cerebro. Las zonas del cerebro están más estimuladas en distintos momentos del día, siguiendo un ritmo circadiano. Estas zonas son más propensas a sobreestimularse y sufrir convulsiones en esos momentos. Nuevos estudios han identificado incluso la base molecular de este ritmo circadiano de la epilepsia, lo que puede ofrecer esperanzas de un tratamiento más eficaz.
¿Es la epilepsia un trastorno circadiano?
Los investigadores realizaron pruebas genéticas a niños con epilepsia y descubrieron un sorprendente denominador común: Niveles más bajos de actividad en el gen CLOCK, que es un importante regulador del ritmo circadiano. Estudios de seguimiento realizados posteriormente en ratones descubrieron que los ratones con un gen CLOCK alterado tenían un umbral de convulsiones más bajo, lo que significa que estos ratones necesitan menos estímulos anormales para tener convulsiones. Estos ratones tienen convulsiones más a menudo, con menor estímulo necesario, y por lo tanto tienen epilepsia que es más difícil de tratar.
Epilepsia y trastornos del sueño
Las nuevas investigaciones sobre biología circadiana sugieren cada vez más que la epilepsia y los trastornos del sueño están relacionados, e incluso pueden estar causados por los mismos procesos moleculares. Un nuevo estudio sobre niños con síndrome de Dravet, una forma genética de epilepsia especialmente resistente al tratamiento, ha revelado que los trastornos del sueño son sorprendentemente frecuentes en ciertas formas de epilepsia. Casi la mitad de los niños estudiados tenían problemas para conciliar el sueño o permanecer dormidos, y un tercio tenía problemas para despertarse. Muchos de los niños tomaban medicamentos para dormir, que parecían tener poco efecto.
Tras un estudio más detallado, parece que estos niños tienen ataques por la noche que pasan desapercibidos porque están dormidos. Sus cerebros están hiperactivos por la noche, lo que provoca más crisis e interfiere con el sueño. Explorar este vínculo entre epilepsia y sueño puede ayudar a los médicos a tratar tanto el insomnio como las convulsiones características del síndrome.
Cronofarmacología y epilepsia
Los médicos están descubriendo cada vez más que la cronofarmacología puede conducir a un control más eficaz de la epilepsia. La cronofarmacología, o programación de los medicamentos según el ritmo circadiano, se está convirtiendo rápidamente en una parte estándar del tratamiento de la epilepsia. Los medicamentos contra la epilepsia tienen efectos secundarios devastadores y los pacientes desarrollan rápidamente tolerancia. Los médicos pueden administrar cantidades menores de estos medicamentos, reduciendo tanto los efectos secundarios como la tolerancia, cuando estos fármacos se administran durante el momento del día en que es más probable que se produzcan los ataques. Además, la fototerapia, la melatonina y otros tratamientos que corrigen los trastornos del ritmo circadiano pueden facilitar el tratamiento de la epilepsia.
La epilepsia, que antaño se consideraba un fenómeno sobrenatural, se conoce ahora mejor, aunque sigue siendo difícil de tratar. Estos nuevos conocimientos sobre los vínculos con el ritmo circadiano permitirán a las personas que luchan contra esta enfermedad encontrar un tratamiento más eficaz y, con suerte, una eventual cura.