Aunque hay muchos aspectos comunes en el sueño humano, también hay una gran variación. La persona media necesita entre siete y nueve horas por noche, pero todos conocemos a personas atípicas. Algunas personas parecen sobrevivir con tan sólo cuatro horas por noche sin problemas, mientras que otras necesitan diez horas o más para funcionar óptimamente al día siguiente. Según un nuevo estudio, necesitar muchas más horas de sueño que la media puede aumentar las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares graves. Dormir demasiado aumenta el riesgo de ictus, al igual que dormir la siesta durante el día y algunos otros hábitos que antes considerábamos normales.
Los peligros del ictus
El ictus afecta cada año a unos 15 millones de personas en todo el mundo. Estos episodios cardiovasculares se producen cuando hay un problema en los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, lo que provoca una disminución del flujo sanguíneo (y, por tanto, del suministro de oxígeno y nutrientes) durante un tiempo suficiente para que los tejidos cerebrales sufran daños permanentes. En un ictus isquémico, el flujo sanguíneo se bloquea por completo, a menudo por una placa o por un coágulo de sangre. En un ictus hemorrágico, un vaso sanguíneo se rompe, inundando el cerebro de sangre en el lugar de la rotura y matando de hambre a las células y tejidos que se encuentran aguas abajo.
Aunque comunes, los ictus pueden ser devastadores. Más de un tercio de las personas que los sufren, unos 6 millones, morirán a causa de ellos. Otros 5 millones sufrirán discapacidad de por vida. Las personas que sobreviven suelen perder el uso de la zona del cerebro afectada para el resto de sus vidas. Pueden tener déficits del habla o pérdida de control sobre una parte de su cuerpo. Aunque existen terapias que pueden entrenar a los afectados para realizar algunas tareas utilizando distintas zonas del cerebro, muchas personas quedan permanentemente discapacitadas.
Hay muchos factores de riesgo de ictus. Cualquier cosa que dañe los vasos sanguíneos, como la hipertensión y el colesterol alto, aumenta el riesgo. Los comportamientos que aumentan la inflamación, como fumar, también pueden contribuir. Según un nuevo estudio, los comportamientos anómalos durante el sueño, como las siestas diurnas y dormir demasiado, también aumentan el riesgo de ictus.
Cómo el exceso de sueño aumenta el riesgo de ictus
El nuevo estudio, realizado en China, analizó la salud y los hábitos de sueño de 31.750 personas de 62 años. Ninguno de los participantes en el estudio tenía antecedentes de ictus ni ninguna otra enfermedad crónica. Alrededor del 8% de los participantes admitió dormir la siesta durante más de 90 minutos de forma habitual. Casi una cuarta parte declaró dormir al menos nueve horas cada noche.
A continuación, los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante unos seis años, tomando nota de todos los acontecimientos sanitarios importantes. Algo más de 1.500 personas sufrieron accidentes cerebrovasculares durante este periodo. Cuando los investigadores recopilaron los datos, se observó una correlación interesante. Las personas que dormían más de nueve horas y las que hacían largas siestas diurnas tenían un 85% más de riesgo de sufrir un ictus que las personas que dormían poco tiempo o un tiempo medio por la noche.
La calidad del sueño también parece influir en el riesgo de ictus. Las personas que calificaron de mala la calidad de su sueño tenían un 29% más de probabilidades de sufrir un ictus.
Sueño y salud cardiovascular
Los investigadores que participaron en este estudio reconocen que su investigación tiene varias limitaciones. En primer lugar, el estudio sólo examina una correlación o vínculo. No buscaron (y por tanto no encontraron) pruebas de que dormir demasiado sea una causa directa de ictus. Existe la posibilidad de que las personas con problemas de salud no diagnosticados que provocan ictus también necesiten dormir más. En segundo lugar, el estudio no analizó los ronquidos ni la apnea del sueño, que pueden disminuir la calidad del sueño y aumentar el tiempo que las personas necesitan dormir, además de provocar un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, se observaron algunas conexiones interesantes. Los investigadores señalan que el aumento de las necesidades de sueño se ha relacionado con el aumento de los niveles de colesterol y el aumento del perímetro de la cintura, dos factores que se han relacionado con las enfermedades cardiovasculares y el aumento de las necesidades de sueño.
¿Duerme demasiado?
Si duerme nueve o más horas cada noche, es importante encontrar el motivo. Es posible que padezca apnea del sueño, un trastorno en el que las personas sufren obstrucciones de las vías respiratorias que provocan ronquidos y un menor aporte de oxígeno durante la noche. También puede tener una mala condición física por falta de ejercicio u otros problemas relacionados con su estilo de vida. Esto puede provocar fatiga y aumentar las necesidades de sueño, pero también es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por último, es posible que se encuentre en las primeras fases de una enfermedad cardiaca, que puede tratarse antes de que provoque un ictus.
La mayoría de las causas del aumento de las necesidades de sueño son tratables. Aunque no dormir lo suficiente es un riesgo para la salud, necesitar una mayor cantidad de sueño es una señal de que algo va mal en su salud. Escuchar a su cuerpo es el primer paso para obtener tratamiento antes de que tenga un efecto devastador para su salud.
El sueño es importante para la salud de todo el cuerpo. También puede ser un indicador importante de su salud general. Si unos sencillos cambios en su estilo de vida no le ayudan a sentirse descansado tras una cantidad normal de sueño, hable con su médico sobre cómo puede obtener el tratamiento médico y el descanso que necesita.