Para muchos, la adolescencia es una época de trasnochar y madrugar. A menudo, los adolescentes empiezan a tener una vida social plena, con actividades nocturnas que les mantienen despiertos hasta mucho después de acostarse. Los deberes, los trabajos a tiempo parcial y otras obligaciones también pueden mermar las horas necesarias para el descanso. Al mismo tiempo, los institutos en Occidente suelen empezar a horas tempranas, lo que obliga a los adolescentes a quemar la vela por los dos extremos.
Aunque parezcan llenos de energía juvenil, los adolescentes se enfrentan a consecuencias para la salud cuando no duermen lo suficiente. Según varios estudios recientes sobre la falta de sueño y la depresión en los adolescentes, esta falta de sueño puede tener incluso graves consecuencias para su salud mental.
El creciente problema de la falta de sueño en los adolescentes
Muchas personas asumen que los niños necesitan dormir menos a medida que se convierten en adolescentes. Sin embargo, no es así. Aunque las horas de sueño tienden a disminuir por motivos sociales y otras razones externas, los adolescentes en realidad necesitan dormir tanto como en los últimos años de la escuela primaria. Por desgracia, la mayoría de los adolescentes duermen menos que los niños unos años más jóvenes, lo que provoca una deuda de sueño constante y progresiva. En parte, esto se debe a un ritmo circadiano retrasado, en el que su hora natural de acostarse se retrasa incluso cuando sus vidas siguen exigiendo despertarse temprano por la mañana.
La falta de sueño en adolescentes puede tener graves consecuencias para la salud. No sólo estarán más cansados durante el día; también pueden sufrir síntomas como:
- menor capacidad para crear nuevos recuerdos y aprender nuevos datos
- menor rendimiento en los deberes y en los exámenes
- mayor riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas
- mayor riesgo de enfermedades infecciosas debido a un sistema inmunitario comprometido
- comportamientos similares a los observados en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Sin embargo, el mayor efecto puede producirse en su salud emocional. Los adolescentes que no duermen lo suficiente son más irritables e impacientes y tienen más probabilidades de presentar cambios de humor. También parecen ser más susceptibles a la depresión.
Vínculos entre el sueño y la depresión en los adolescentes
La falta de sueño durante la adolescencia puede tener consecuencias nefastas, como un mayor riesgo de depresión. Los adolescentes que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo no sólo de depresión, sino también de pensamientos suicidas. De hecho, la privación de sueño cuadruplica las probabilidades de que un adolescente desarrolle un trastorno depresivo mayor.
Los adolescentes deprimidos por falta de sueño tienden a sentirse bien por la mañana, pero luego empeoran a medida que avanza el día. Además de aumentar el riesgo de depresión, la falta de sueño también puede incrementar el comportamiento impulsivo y dificultar que los adolescentes regulen sus emociones. Esta combinación de efectos puede convertir la falta de sueño en un peligro tanto físico como emocional para los adolescentes: Son más propensos a sufrir emociones negativas y más propensos a actuar irracionalmente como resultado.
¿Quién es más susceptible a la privación del sueño?
Aunque todos los adolescentes son susceptibles a los efectos depresivos de la falta de sueño, hay ciertos grupos que parecen verse afectados de forma desproporcionada. Aunque es importante que todas las personas duerman lo suficiente, las adolescentes son aún más susceptibles de deprimirse por falta de sueño.
Sin embargo, los varones también pueden verse afectados emocionalmente por la falta de sueño. Por lo general, las chicas tienen más probabilidades de ser diagnosticadas de depresión porque presentan síntomas más típicos y reconocibles. Los chicos, en cambio, son más propensos a expresar sus sentimientos negativos en forma de ira o comportamientos de riesgo.
Cómo ayudar a los adolescentes a dormir las horas adecuadas
Los adolescentes suelen tener obligaciones académicas y sociales que rivalizan con las de los adultos. Sin embargo, siguen necesitando dormir tanto como cuando estaban en primaria. Es importante que los padres tomen medidas para ayudar a sus hijos adolescentes a desarrollar hábitos de sueño saludables que duren toda la vida, como por ejemplo
- Sirva de modelo de buenos hábitos de sueño haciendo del sueño una prioridad en su propia vida.
- Animar a los adolescentes a acostarse a una hora fija, al menos las noches de colegio, para que puedan levantarse descansados al día siguiente.
- Desaconseje que duerman hasta tarde o que se echen la siesta, ya que esto puede dificultar el sueño nocturno.
- Atenúe las luces y apague todas las pantallas media hora antes de acostarse.
- No permita que los adolescentes tengan un televisor en su habitación ni que se duerman delante de él.
- Imponga un toque de queda para que los adolescentes no se queden fuera toda la noche.
- Hable con los adolescentes sobre la importancia de dormir lo suficiente para su salud durante toda la vida.
Hay formas de ayudar a los adolescentes a adquirir los hábitos que necesitan para disfrutar de un bienestar físico y emocional óptimo. El sueño es tan importante como la dieta y el ejercicio para la salud de los adolescentes.