En un mundo tan acelerado y exigente como el actual, es bastante frecuente que adultos y niños no duerman lo suficiente. Con demasiada frecuencia, excusamos la falta de sueño diciéndonos a nosotros mismos que lo compensaremos el fin de semana o con un poco de descanso a última hora del día. Sin embargo, ese no es el mejor enfoque. El sueño es esencial para la función cerebral y el rendimiento cognitivo. Como confirma un nuevo estudio, el sueño no puede ser sustituido por el descanso, aunque tanto el descanso como el sueño son importantes para la salud y el funcionamiento general del cerebro.
Un estudio sobre el sueño revela que éste no puede sustituirse por el descanso
El estudio de la Universidad de Friburgo fue dirigido por el Dr. Christoph Nissen. Este estudio se basó en los resultados de estudios anteriores que demostraban el papel del sueño tanto en el fortalecimiento como en el debilitamiento de la conectividad nerviosa según sea necesario; una actividad que tiene lugar durante la fase de sueño profundo reparador. El nuevo estudio contó con 66 participantes, a los que se enseñó a reconocer un patrón visual específico. A continuación, se dividió a los participantes en tres grupos.
Un grupo permaneció despierto, jugando al tenis de mesa o viendo vídeos. El segundo grupo durmió durante una hora. El tercer grupo no durmió ni realizó ninguna actividad, sino que descansó en una habitación oscura, despierto pero sin estímulos.
Cuando se evaluó su aprendizaje de reconocimiento de patrones, el grupo que durmió obtuvo resultados notablemente mejores que cualquiera de los otros dos grupos. Según los investigadores, este resultado confirmó los resultados de estudios anteriores que indicaban que el descanso no sustituye al sueño cuando se trata de reforzar las conexiones que ayudan a almacenar la información que una persona desea retener.
Por qué el sueño no puede ser sustituido por el descanso
En el cerebro, el aprendizaje y el almacenamiento de información es un proceso físico basado en reacciones químicas y señales eléctricas. Las conexiones para la información que una persona utiliza o necesita regularmente se refuerzan. Las conexiones para lo que ya no es relevante o no se utiliza se debilitan. Este trabajo de conectividad de las células nerviosas tiene lugar durante la fase de sueño profundo reparador. El sueño no puede ser sustituido por el descanso porque éste no es lo suficientemente profundo como para que se produzca en el cerebro ese tipo de trabajo crucial de clasificación y construcción.
Para el aprendizaje y otras tareas cognitivas, el descanso no puede sustituir al sueño. Sin embargo, esto no significa que el descanso carezca por completo de valor. Descansar ofrece una serie de beneficios. Por ejemplo, disminuye el estrés, sobre todo cuando se hace una pausa en una tarea de alta presión o concentración profunda, relaja la mente y el cuerpo, aumenta el estado de alerta y mejora el humor. Descansar puede ayudar a reorientar la energía y aumentar la productividad general.
El sueño insuficiente es demasiado común
Este estudio se suma al creciente corpus de conocimientos que demuestran la importancia del sueño. El enfoque específico de los estudios de la Universidad de Friburgo sobre el aprendizaje y el sueño adquiere un significado importante cuando se considera en el contexto de cuántos niños y adolescentes habitualmente no duermen lo suficiente. Esto debería ser motivo de gran preocupación, teniendo en cuenta que la educación y el aprendizaje se encuentran entre los focos principales de este periodo de sus vidas.
Los adultos también sufren la falta de sueño de calidad. De hecho, la insuficiencia de sueño ha alcanzado proporciones epidémicas en todo el mundo. Aparte de los problemas de funcionamiento cerebral asociados a no dormir lo suficiente, la falta de sueño tiene numerosas consecuencias para la salud. Las presiones económicas y las exigencias de la vida cotidiana suelen contribuir en gran medida a los problemas de sueño.
Muchas familias se encuentran inundadas de exigencias y actividades. Las horas de trabajo, las horas de clase, las horas extra, los deberes, las actividades escolares, las tareas domésticas y las obligaciones sociales pueden presentar una lista aparentemente interminable de cosas que exigen tiempo y reducen el tiempo de sueño. Para los padres de adolescentes que miran al futuro con procesos competitivos de solicitud de plaza en la universidad, puede haber mucha presión para asegurarse de que se marcan todas las casillas extracurriculares. Sin embargo, sacrificar el sueño no es lo mejor a largo plazo, ni para los padres ni para los hijos. Incluso podría establecer un patrón poco saludable que un adolescente podría arrastrar hasta la edad adulta.
Hacer de la higiene del sueño una prioridad
Teniendo en cuenta la importancia del sueño para el aprendizaje y la salud de adultos y niños, es hora de hacer de la higiene del sueño una prioridad. Es importante trabajar para desarrollar un horario regular para dormir, levantarse y comer, evitando las comidas copiosas dentro de las dos horas anteriores a la hora de acostarse. Su horario debe incluir tiempo suficiente para dormir, así como un período de relajación de 30-60 minutos antes de acostarse. Aproveche ese período de relajación para seguir una rutina previa al sueño que le ayude a disipar el estrés del día, a relajarse y a prepararse mental y físicamente para dormir. Con el tiempo, esa rutina se convertirá en una señal de sueño. Vigile su consumo de cafeína, limitándolo a las primeras horas del día. Realice suficiente actividad física a primera hora del día y resista la tentación de las siestas vespertinas.