Muchos estadounidenses se acomodan para ver su programa de televisión favorito cada noche antes de acostarse. En muchos sentidos, parece la forma perfecta de entretenerse mientras se relaja en las horas entre el trabajo y el sueño. Sin embargo, ver la televisión (o mirar cualquier otra pantalla) por la noche parece afectar al ritmo circadiano de un modo que podría ser perjudicial para la salud. Incluso si se queda dormido frente al televisor, las luces parpadeantes podrían estar impidiéndole obtener el descanso de alta calidad que necesita.
La luz artificial y el ritmo circadiano
Como la mayoría de los organismos vivos, tenemos relojes internos que mantienen nuestros ciclos de sueño-vigilia, así como otros procesos vitales. Nuestro ritmo circ adiano puede funcionar independientemente de influencias externas, pero también se ajusta constantemente en función de señales externas. Aunque la temperatura, las horas de las comidas y otros factores son importantes, la luz es una de las señales más cruciales.
Nuestros antepasados no disponían de electricidad ni de iluminación interior, por lo que la presencia de luz brillante era una poderosa señal de la hora del día. Se levantaban con el alba y se acostaban al anochecer. En el mundo moderno, sin embargo, tenemos horarios y fuentes de luz que no dependen de la salida y puesta del sol. Por desgracia, nuestros cuerpos perciben la luz brillante y la interpretan como luz solar, una señal para posponer la producción de melatonina, una hormona fundamental para el sueño, durante varias horas más. Esto es especialmente cierto en el caso de la luz azul, la longitud de onda emitida por nuestros televisores, teléfonos inteligentes y otros dispositivos.
Cada vez más personas sufren trastornos del sueño en el mundo moderno. Además, las tasas de ciertas enfermedades crónicas han aumentado considerablemente. ¿Podrían estar relacionados estos dos factores?
¿Podría afectar a su salud ver la televisión por la noche?
Cientos de estudios recientes han encontrado vínculos entre la exposición a la luz azul, especialmente en las horas previas a acostarse, y enfermedades graves. Las personas que están expuestas a la luz nocturna de forma habitual, como los trabajadores por turnos, tienen tasas más elevadas de diabetes, obesidad y cardiopatías. Dormir en una zona bien iluminada está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Además, los hombres que ven la televisión más de cuatro horas al día tienen mayor riesgo de cáncer colorrectal, probablemente por una combinación de sedentarismo y exposición a la luz por la noche.
Parece existir un efecto causal directo entre la luz azul y el cáncer. Los investigadores creen que esto se debe en parte a la forma en que esta luz interactúa con nuestro cerebro. Aunque toda la luz suprime la producción de melatonina, las luces azules lo hacen a un ritmo más de tres veces superior al de una bombilla incandescente tradicional. Las luces LED, que ahora se utilizan en la mayoría de las bombillas de bajo consumo, suprimen la melatonina a un ritmo más de cinco veces superior.
La melatonina no sólo es importante para dormir. Esta hormona también desencadena la reparación celular y una serie de procesos biológicos cruciales. Las personas del mundo desarrollado que viven en un mundo lleno de pantallas y luces pueden estar perdiéndose parcialmente estos procesos vitales, lo que conduce a un aumento de enfermedades graves como el cáncer.
El impacto de la contaminación lumínica en la salud pública
Aunque no tenga pantallas encendidas en su casa en las horas previas a acostarse, la preponderancia de la luz en el mundo moderno podría estar afectando a su ritmo circadiano y, por tanto, a su salud. La verdadera oscuridad es rara en muchas partes del mundo, ya que las farolas artificiales, los centros comerciales y otras zonas bien iluminadas se han convertido en omnipresentes.
Los investigadores creen que esta contaminación lumínica es parcialmente responsable del aumento de la depresión, la diabetes y una amplia gama de enfermedades humanas. Además, esta contaminación lumínica puede afectar al comportamiento de los animales, que también dependen de la luz como señal para dormir y otros comportamientos. Muchos científicos creen que la contaminación lumínica es tan grave y destructiva como otras formas de contaminación.
El poder de la oscuridad
Aunque muchas personas necesitan luces artificiales en cierta medida, hay formas de reducir su efecto sobre la salud. Elige bombillas que tengan más longitudes de onda de luz amarilla en lugar de las luces blancas o azules brillantes, tan populares ahora. Guarda o apaga las pantallas al menos una hora antes de acostarte. Por último, considera la posibilidad de poner cortinas que bloqueen la luz. Aunque parezcan innecesarias, bloquearán las luces contaminantes del exterior de tu casa, muchas de las cuales puede que ni siquiera notes.
Personas de todo el país se irán a dormir esta noche con la televisión encendida, el teléfono inteligente en la mano u otras fuentes de luz cercanas. Esto puede afectar a la salud de muchas maneras. Aprender a vivir sin una pantalla aunque sólo sea una hora antes de acostarse le ayudará a sentirse mejor, tanto mañana como el resto de su vida.