Las tardes son un momento de sueño para muchos. La mente se nubla, los párpados pesan y todo el cuerpo anhela una siesta. Este bajón vespertino puede estar programado en el cuerpo humano.
Aunque el mundo occidental no suele fomentar la siesta entre los adultos, muchas personas no están tan alerta por la tarde como les gustaría. Hay una razón por la que todos experimentamos un bajón vespertino de vez en cuando: Está programado en nuestro cuerpo.
Las tardes y el ritmo circadiano
Hay varias razones por las que a menudo tendemos a sentirnos cansados y atontados por la tarde. En primer lugar, muchas personas almuerzan con muchos carbohidratos, lo que provoca lo que algunos llaman un “bajón de azúcar”. Además, muchas personas sienten un repunte de la fatiga que se mantuvo a raya temporalmente gracias a la cafeína de la mañana. Muchas personas están ligeramente deshidratadas, lo que también puede afectar sutil pero negativamente a los niveles de energía. Por último, el insomnio y la falta de sueño también desempeñan un papel importante, ya que cada vez menos personas modernas descansan lo necesario para funcionar bien durante el día. Si no duermes lo suficiente por la noche, otros pequeños factores pueden tener un gran efecto en tu estado de alerta por la tarde.
También hay razones científicas para el bajón vespertino que no tienen nada que ver con el estilo de vida. El estrés, una epidemia moderna, puede agotar los recursos del cerebro, dejándonos mental y físicamente exhaustos. La temperatura corporal y los niveles de cortisol, factores importantes del estado de alerta, descienden bruscamente por la tarde.
¿Es la siesta la solución?
Para muchas personas, una siesta rápida por la tarde les ayuda a reanudar el día renovados y regenerados. Sin embargo, se desconoce si esto tiene efectos generales positivos o negativos sobre el ritmo circadiano. La siesta es común en todo el mundo y se ha comprobado que tiene efectos positivos tanto en la salud física como en la función mental. Sin embargo, también puede hacer que sea más difícil dormir por la noche, lo que lleva a un bajón vespertino aún mayor al día siguiente. Esto puede crear un ciclo que se autoperpetúa y que deja a la persona agotada durante el día e incapaz de conciliar el sueño por la noche.
Cómo superar el bajón vespertino
¿Cómo se puede superar una tarde somnolienta? Echarse una siesta puede parecer lo mejor, pero para muchas personas no es posible. Muchos recurren a la cafeína, pero esto puede alterar el ritmo circadiano y dificultar conciliar el sueño cuando llega la hora de dormir. Sin embargo, hay algunas formas de darse el empujón de energía que necesita a media tarde. Si te ves obligado a forzar los párpados después de comer, prueba una o varias de las siguientes estrategias:
- Duerme mucho por la noche. Las personas privadas de sueño son más propensas a sufrir fatiga por la tarde.
- Elija alimentos ricos en proteínas y bajos en grasas para el almuerzo. La grasa requiere muchos recursos para ser absorbida. Las proteínas, en cambio, se digieren con facilidad y mantienen el cuerpo lleno de energía durante horas.
- Aumente la exposición a la luz solar. Está demostrado que la luz hace que las personas estén más alerta.
- Dé un paseo o haga ejercicio. El ejercicio, incluso las actividades más ligeras, provoca un ligero aumento del cortisol y de la temperatura corporal que despierta a muchas personas.
- Charlar. Las actividades sociales despiertan a muchas personas.
- Evite la cafeína y el azúcar por la mañana. Ambos aportan energía temporalmente, pero provocan un bajón aún mayor a última hora del día.
El bajón vespertino es un problema común con base científica. Sin embargo, muchas personas simplemente no pueden dejar de funcionar cuando el reloj da las dos. Si entiendes por qué tú y la gente que te rodea estáis tan cansados y desmotivados por la tarde, podrás conseguir la energía que necesitas para pasar el día.