Descubrir la causa del envejecimiento es clave para acabar deteniendo el reloj. Nuevas investigaciones sugieren que las células cerebrales controlan el envejecimiento en mayor medida de lo que se sabía hasta ahora.
Los occidentales estamos obsesionados con detener el reloj. Invertimos en cirugías plásticas y tratamientos antienvejecimiento, así como en una amplia variedad de suplementos que supuestamente detienen el envejecimiento o al menos ralentizan el proceso. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que deberíamos mirar más a fondo cuando buscamos la causa del envejecimiento. ¿Podríamos estar enfocando el proceso de envejecimiento desde un ángulo equivocado? ¿Podrían las células cerebrales controlar el envejecimiento?
¿Qué causa el envejecimiento?
Aunque pocas personas desean vivir para siempre, la mayoría de nosotros queremos envejecer lo más despacio y con gracia posible. Sin embargo, el envejecimiento es difícil de detener porque sus efectos no sólo son evidentes en nuestra piel, sino en cada célula de nuestro cuerpo. Además de las arrugas y los signos externos del envejecimiento, las personas también sufren una cognición más lenta, pérdida de memoria, reducción de la función de los órganos e incluso cambios en el ritmo circadiano del cuerpo. Nuestros sentidos, incluidos el oído, la vista e incluso el gusto, se embotan gradualmente e incluso se apagan.
Aunque desconocemos todas las causas del envejecimiento, la pérdida de telómeros parece contribuir a ello. Los telómeros son unas “tapas” protectoras situadas en los extremos de nuestros cromosomas que los protegen de posibles daños. A medida que envejecemos, estos telómeros se acortan por razones que no comprendemos del todo. Cuando los telómeros están completamente desgastados, nuestro ADN se daña con facilidad, dejando a las células incapaces de repararse a sí mismas. Sin embargo, parece que también hay otros mecanismos que influyen en el envejecimiento.
Cómo controlan el envejecimiento las células cerebrales
Las células cerebrales también parecen influir en la rapidez con la que envejecemos. En concreto, las células madre del hipotálamo se han relacionado recientemente con el proceso de envejecimiento. Estas células madre se encargan de atender a las neuronas muertas o dañadas. Los investigadores descubrieron que cuando los ratones son jóvenes, tienen grandes cantidades de estas células madre, lo que les permite reparar rápidamente cualquier daño en los tejidos cerebrales. Al llegar a la vejez, las células madre están completamente agotadas. Curiosamente, el proceso de envejecimiento se detiene cuando se regeneran estas células cerebrales añadiendo más células madre al hipotálamo. Los ratones sometidos a este tratamiento no sólo tenían mejor memoria y rendimiento cognitivo, sino también mayor resistencia.
No es el primer estudio que relaciona el envejecimiento con el hipotálamo. Investigaciones anteriores han descubierto que la inflamación del hip otálamo puede provocar diversos síntomas negativos, como disminución de la fuerza muscular, deterioro de la memoria, puntuaciones más bajas en cognición y otros problemas que asociamos con el envejecimiento. Esto puede deberse al papel de la GnRH, una hormona liberada por el hipotálamo. A medida que envejecemos, el hipotálamo produce cada vez menos cantidad de esta hormona. ¿Podría esto contribuir parcialmente al envejecimiento?
El envejecimiento: ¿Todo está en la cabeza?
Muchos de los síntomas que asociamos con el envejecimiento están “en nuestra cabeza”; por ejemplo, se sabe que la pérdida de memoria y la lentitud de pensamiento forman parte del envejecimiento de muchas personas. Aunque no es sorprendente que las células cerebrales puedan ser responsables de estos aspectos del envejecimiento, la noticia de que afectan a células de todo el cuerpo podría cambiar nuestra forma de ver el envejecimiento. Aunque todavía no disponemos de la tecnología necesaria para alargar nuestros telómeros o reponer los tejidos cerebrales, hay algunas formas de ralentizar el proceso de envejecimiento. Considere la posibilidad de realizar los siguientes cambios positivos en su estilo de vida, que favorecen un envejecimiento saludable:
- Coma frutas y verduras variadas, ya que contienen antioxidantes que previenen el daño a las células, incluidas las del cerebro.
- Evite las sustancias químicas que pueden contribuir al envejecimiento, como las fragancias artificiales, el humo y otros compuestos volátiles transportados por el aire.
- Reduzca el estrés en su vida, ya que puede aumentar la inflamación y, por tanto, el envejecimiento.
- Mantenga una vida social satisfactoria con vínculos significativos con los demás.
- Duerma lo suficiente, ya que la melatonina ayuda a las células a reparar los daños acumulados a lo largo del día.
- Evite el sol y otras fuentes de luz ultravioleta.
- Haga mucho ejercicio, ya que ayuda a mantener fuertes el sistema cardiovascular y los músculos.
- Realice con regularidad diversas tareas cognitivas y de memoria para aumentar la capacidad cerebral.
Aunque estas elecciones de estilo de vida no invertirán el envejecimiento, ayudarán a su cuerpo a reponerse y a mantener sus órganos y su mente en buen estado de funcionamiento. Aunque puede resultar difícil incorporar estas ideas a su vida, le compensará sentirse mejor a medida que envejece.
Esta nueva investigación sobre las células del hipotálamo y el envejecimiento no tiene actualmente aplicaciones prácticas para las personas que desean revertir el envejecimiento. Sin embargo, saber más sobre lo que nos hace envejecer es el primer paso para desarrollar nuevos tratamientos. Pronto podremos vivir más tiempo, más felices y con menos deterioro físico y mental que asociamos al envejecimiento.