A menudo se culpa a los malos padres del mal comportamiento infantil, pero la irregularidad en la hora de acostarse puede ser la culpable en muchas familias.
Quejarse de “los niños de hoy en día” es un pasatiempo que se remonta a cientos, incluso miles, de años. Sin embargo, hay pruebas de que los niños modernos tienen más problemas de conducta que los de generaciones anteriores. Aunque muchos culpan a las estrategias modernas de crianza, al aumento del tiempo frente a la pantalla y a otros factores del repunte del mal comportamiento infantil, un nuevo estudio sugiere que la irregularidad de la hora de acostarse puede tener parte de culpa.
La hora de acostarse en las familias modernas
A los modernos les cuesta dormir lo necesario para tener éxito. Los niños modernos no son una excepción. La gente lucha por dormir la cantidad adecuada de horas y también por mantener horarios regulares, que son importantes para mantener un ritmo circadiano saludable. Un estudio reciente ha analizado si el aumento de los problemas de comportamiento podría deberse a la disminución de la regularidad de las horas de acostarse.
¿Qué importancia tiene la hora de acostarse?
Los niños que no se acuestan a una hora regular sufren una forma de desfase horario en la que carecen de un ritmo circadiano firme y, como consecuencia, pueden tener problemas cognitivos o psicológicos. Esto puede provocar un menor rendimiento escolar, problemas de comportamiento e incluso síntomas de hiperactividad. Los niños que sufren esta forma de “jet lag” tienen más dificultades para regular su comportamiento, lo que les lleva a comportarse de forma exagerada y, en casos extremos, incluso violenta con sus compañeros.
¿Tienen la culpa los horarios irregulares?
Uno de cada cinco niños no se acuesta a una hora fija. Estos niños pueden sufrir consecuencias nefastas, más allá de la simple necesidad de una siesta. En un estudio publicado en Pediatrics, se descubrió que a estos niños les cuesta más resolver los conflictos con sus compañeros, tienen un menor control emocional y otros patrones de comportamiento que se asocian a problemas generales de conducta. Además de crear problemas de comportamiento, las interrupciones del sueño pueden tener consecuencias a largo plazo. Estos niños pueden crecer viéndose a sí mismos como un problema; a menudo se pierden el aprendizaje de conceptos valiosos debido a las interrupciones en el aula. Además de los problemas de autoimagen y aprendizaje, también pueden sufrir problemas de salud a lo largo de su vida.
Aprender buenos hábitos de sueño para toda la vida
Al igual que los padres enseñan buenos hábitos de todo tipo, es importante que enseñen a los niños buenos hábitos de sueño para su salud a largo plazo. Establezca una hora fija para irse a la cama y cúmplala siempre que sea posible. Apague todos los aparatos electrónicos y pantallas para que el niño pueda empezar a “relajarse” media hora antes de acostarse. Muchos niños se benefician de tener una rutina establecida a la hora de acostarse, que les ayuda a empezar a prepararse mental y físicamente para dormir. Mantener las habitaciones de los niños libres de distracciones nocturnas también puede ayudar. Si los niños tienen dificultades para conciliar el sueño incluso con estas medidas, hable con su médico sobre la administración de suplementos de melatonina y otras medidas que puedan ayudarles a conseguir el sueño de calidad que necesitan.
El sueño afecta a casi todas las áreas de nuestra vida, por lo que no es de extrañar que pueda afectar al comportamiento de los niños. Cuando los niños sufren problemas de conducta, es importante adoptar un enfoque holístico que se centre en satisfacer sus necesidades y ayudarles a aprender hábitos saludables que duren toda la vida.