Se ha estudiado y escrito mucho sobre el ritmo circadiano. Nuevas investigaciones sugieren que el hígado desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de los relojes internos.
El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo. Este órgano mantiene el azúcar en sangre a un nivel seguro, crea muchas de las proteínas necesarias para actividades que van desde la coagulación a la digestión e incluso desempeña un papel vital en la limpieza de metabolitos y toxinas del torrente sanguíneo. El hígado también produce bilis, que desempeña una doble función al ayudarnos a digerir las grasas y eliminar la bilirrubina del organismo. Nuevas investigaciones sugieren que el humilde hígado también desempeña un papel importante en los relojes internos, con células que mantienen un ritmo circadiano independiente del resto del cuerpo.
AMPK y CKII: proteínas clave en el ritmo circadiano
En muchos sentidos, nuestros cuerpos funcionan como máquinas con una variedad de proteínas que actúan como mecanismos de sincronización e incluso como engranajes. La AMPK es una de estas proteínas, que detecta cuándo las células tienen poca energía y “enciende” el metabolismo según sea necesario. La CK2 es otra proteína reguladora multifuncional que ayuda a las células a decidir si dividirse y cuándo, e incluso cuándo morir.
Como puede imaginarse, estas proteínas son especialmente importantes en las células hepáticas. El hígado desempeña un papel inmenso en la regulación del metabolismo y el crecimiento celular en el cuerpo humano. Además, nuevas investigaciones indican que estas proteínas también ayudan al hígado a funcionar y mantener un ritmo circadiano que está conectado al ciclo sueño-vigilia del resto del cuerpo y que, sin embargo, es independiente de éste.
El ritmo diario de las células hepáticas
Los investigadores midieron los niveles de distintas proteínas, como la AMPK y la CKII, en el hígado de ratones sometidos a un estricto régimen de ayuno y alimentación o a una alimentación normal. Comprobaron que los niveles de estas y otras proteínas en el hígado cambiaban según la hora del día, lo que demuestra una clara relación con el principal reloj interno del cuerpo, fijado por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo. Además, las células hepáticas de ratones sometidos a un programa específico de alimentación y ayuno mostraban un reloj interno ligeramente distinto, que respondía tanto a las señales del cerebro como a las de la ingesta de alimentos del animal.
Esta investigación sugiere que el ritmo circadiano del hígado se mantiene no sólo por el reloj central del organismo, sino por su propio mecanismo interno. Aunque actualmente se desconoce el funcionamiento de este “reloj digestivo”, puede ser importante para entender enfermedades como la diabetes, en las que la función hepática suele estar alterada o desregulada.
Biología circadiana y salud
A pesar de lo insignificante que pueda parecer a primera vista el ritmo circadiano de un solo órgano, estos descubrimientos podrían tener pronto importantes repercusiones en la salud humana. La CKII, una de las proteínas que se ha demostrado que está regulada en parte por el ritmo circadiano del hígado, se ha visto implicada en algunos tipos de cáncer, así como en enfermedades metabólicas como la diabetes de tipo 2. Comprender cómo controlar los niveles de esta proteína puede permitirnos tratar más eficazmente esta amplia variedad de enfermedades humanas en el futuro. Además, las investigaciones sobre cronobiología que arrojen luz sobre los relojes internos de órganos como éste podrían conducir a formas más eficaces de tratar los trastornos del ritmo circadiano que afectan a millones de personas.
El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, ya que interviene en casi todos los aspectos de nuestra salud y, a menudo, también en las enfermedades. Comprender mejor cómo el hígado afecta y se ve afectado por nuestros relojes internos es el primer paso hacia nuevas terapias que curen enfermedades y salven vidas.