La piel es nuestro órgano sensorial más grande y más importante. Desempeña funciones importantes come la limpieza y la desintoxicación del organismo. La piel nos protege frente a los agentes patógenos, los rayos UV, el calor y el frío. Contribuye a los procesos metabólicos, entre otros: la producción de Vitamina D, la secreción de sal, la regulación de la temperatura corporal, jugando un papel importante para el equilibrio de los fluidos en el cuerpo. Además, como espejo del alma, la piel es capaz de mostrar visualmente muchas emociones. Muchos procesos regenerativos de la piel ocurren por la noche con el fin de reparar los daños causados durante el día. Durante el día la piel fortalece sus mecanismos de defensa para contrastar cualquier influencia dañina. La renovación de las células de la piel se produce principalmente alrededor de la medianoche, cuando se regenera el manto ácido protector. Las vitaminas y los minerales absorbidos son especialmente útiles en este proceso.

Desafortunadamente, la piel está constantemente expuesta a agentes nocivos. Un ejemplo de esto son los baños de sol intensivos, especialmente dañinos para nuestro órgano más grande: aumentan el riesgo de cáncer de piel. Varias sustancias estimulantes como el alcohol y la nicotina también tienen una influencia negativa en la piel y pueden empeorar su aspecto. En particular, fumar regularmente cigarrillos conduce a un envejecimiento prematuro. Por último, una alimentación poco saludable, es decir demasiado rica en dulces y comida rápida, puede causar impurezas de la piel como espinillas, pústulas y hasta acné. Nuestra psique también influye significativamente en las impurezas de la piel. El estrés, los temores y los desequilibrios mentales a menudo se manifiestan a través de erupciones.

Además de todos estos factores, nuestra piel está sujeta, además, a un proceso natural de envejecimiento. En ningún otro órgano de nuestro cuerpo el envejecimiento es tan obvio y evidente como en la piel. Nuestra piel empieza a sufrir un cambio ya a partir de los 25 años. La piel necesita siempre más tiempo para regenerarse, su función protectora se reduce y pierde la capacidad de retener la humedad. A medida que se envejece, la piel produce menos elastina y menos colágeno: las proteínas que le dan firmeza, elasticidad y resistencia. Además, una exposición prolongada al sol, una alimentación rica en grasas y el estrés mental acelera el proceso de envejecimiento. Otro factor de envejecimiento prematuro es la pérdida de determinadas hormonas – que por lo general se manifiesta en edad avanzada – como las hormonas sexuales y la DHEA.

Es importante que los nutrientes se conformen a las diferentes necesidades de la piel a lo largo de las 24 horas, ya que la absorción y el uso de determinadas sustancias por parte del organismo puede producirse sólo en horarios muy específicos. Algunas sustancias son más eficaces por la noche, mientras que otras tienen su mayor efecto por la mañana. Para obtener el mejor resultado posible, la piel debe recibir las sustancias necesarias en horarios específicos. Las sustancias a tomar por la mañana protegen la piel del estrés oxidativo y apoyan el tejido conectivo de la piel, mientras que las sustancias a tomar por la noche regeneran el tejido conectivo. Los principios activos se completan y se apoyan entre sí de acuerdo con las pautas cronobiológicas.

Para contrastar la celulitis con eficacia hay que tomar en consideración los remedios cronobiológicos. La Cronobiología trata con éxito los efectos que nuestro reloj biológico tiene en el metabolismo de las capas de la piel. Por un lado, los fitonutrientes pueden ayudarnos a aumentar la actividad de la quema de grasa. Esta lipolisis convierte la grasa acumulada en ácidos grasos libres y, finalmente, en energía. Hay dos posibilidades para intervenir en los cambios tisulares con efectos a largo plazo: aplicando cremas específicas para uso externo, o con aplicaciones internas por medio de suplementos alimenticios, a tomar de acuerdo con los principios de la cronobiología, es decir como “sustancias a tomar por la mañana” y “sustancias a tomar por la noche”.

Debido al crecimiento rápido del cabello y en particular de las uñas y teniendo en cuenta las diferentes necesidades nutricionales en las distintas fases del día, el consumo de fitonutrientes de acuerdo con los criterios cronobiológicos es especialmente importante para la salud de uñas y cabello. Por la mañana es necesario tomar sustancias que construyen y por lo tanto previenen la caída del cabello y la rotura de las uñas. Las sustancias que se toman por la noche, en cambio, proporcionan luminosidad al cabello más apagado. Por lo tanto, los nutrientes necesarios fortalecen nuestras uñas y nuestro cabello, si se toman en el momento adecuado.